Jueves 25 de abril de 2024
04 DEC 2014 - 06:57 | Sociedad

“Uno es feliz cuando hace felices a los demás”

Lo dice el padre Elías Cavero, que encabeza la Fundación Marana-tha, en donde ayuda cada día a cientos de personas. De niño depresivo a líder social. Entrevista imperdible.


Barrientos de la Vega es un pequeño pueblo del norte de España, en donde nació hace 61 años Elías Cavero Domínguez. O simplemente, el padre Elías, como se lo conoce a este popular presbítero que fue párroco de Santa Teresita entre 1991 y 2005. Y que al tiempo fundó la comunidad Marana-tha, en Las Toninas, en donde oficia de sacerdote de la capilla Betel la Inmaculada. En la Fundación Marana-tha lidera el grupo que ayuda cada día a cientos de personas de bajos recursos y madres solteras.

Pero el padre Elías no es un cura más. Es una persona muy popular, acerca del cual se tejen historias fantásticas que el propio Cavero Domínguez ha logrado en las personas que asisten a sus retiros y jornadas de espiritualidad, que suele llevar a cabo no sólo en La Costa, dado que su reconocimiento trascendió las fronteras regionales.

“Yo nací en el campo. Es muy sencilla la vida en el campo”, dice Elías, con esa voz baja que cautiva, entrevistado por la señal de noticias TN. Sigue recordando: “Uno habla con los animales y a todos los tiene como propios: como el Principito tenía la flor. Es mi flor. Se integró. Uno se integra en el otro, los quiere, los ama... y con las personas sucede lo mismo”.

@bloqueD@El padre Elías revela historias. “Fui depresivo... yo era un niño tartamudo. Tuve angustia y tristeza, se reían de mí cuando iba a la escuela”, cuenta. No obstante, señala un punto determinante en su vida. “Un retiro en Venezuela me cambió la historia. Algo he heredado, porque uno cuando estudia trabajo intergeneracional uno encuentra con facilidad mucha gente que hereda la depresión. El odio y la falta de perdón es lo que traen los traumas mayores y las enfermedades psicosomáticas. La iglesia estudia psicología. Siempre hay que preguntar: ‘¿Qué es lo peor que te pasó en tu vida?’”.

“Hay muchas cosas ancestrales: infidelidades, abortos, suicidios, homicidios, toda clase del mal que puedas imaginar, de ahí viene”, sostiene Elías. “El Papa Francisco lo dijo bien clarito: el demonio es un ser perverso, pervertido y pervertidor. Es un ser real. Así como está el ángel bueno, está el ángel malo. Es una criatura que está entre nosotros”, añade. “Un ejemplo: Oscar perdió a su mamá y le pidió a Dios que no se vaya su madre. Se enojó con Dios. Lo odió. Entonces se enfermó. Yo hablé con su médico y no tenía posibilidades. Pero ahora fue a ver al médico y no tenía nada... ¿Por qué? Porque elaboró el duelo de su mamá: pidió perdón, perdonó a Dios, perdonó a su mamá que se fue y se perdonó a sí mismo. El perdón lo curó. Y una vez que perdonó, se restauró”.

¿Y qué hacemos con los agnósticos? “Para ellos es más difícil. Cuando no creen en Dios es más difícil. Hace poco encontré a una jovencita que estaba enferma de cáncer. Me dijo que agnóstica. Entonces le pregunté a qué venía y me respondió: ‘A pedirle una bendición’. Le consulté si creía en el amor. ‘Sí’, me respondió. Hay mucha gente que no cree en Dios, pero de alguna manera cree porque cree en el amor... Y esa es la mayor plataforma de Dios, porque se crean vínculos”.

“Uno es feliz cuando hace felices a los demás”, sentencia. “Cuando yo me sané, la gente se alegró; pero cuando Dios sana a alguien a través de nuestra comunidad, todos nos llenamos de alegría”, agrega antes de dejarnos su última frase: “Yo soy un instrumento. Dios es Dios. Lo que tengo de Dios no es mío, es Dios que me lo regaló”.