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28 MAR 2015 - 08:20 | Sociedad

El asesinato de Atilio: ¿“Una venganza”?

El abogado dolorense fue asesinado en Mar del Plata de un solo tiro. Cuáles son las hipótesis que investiga el fiscal. Su rol al negarse a dar crédito de un “suicidio” en Madariaga.


La muerte del dolorense Atilio Canales, de 52 años, está rodeada de incógnitas. El ayudante de fiscal de Pinamar murió por un solo disparo de un arma calibre 22 que le atravesó el pecho a la altura de la tetilla izquierda. Quién disparó y por qué lo hizo es la mayor de las incógnitas que rodean al caso que movilizó a la cúpula de la policía de la provincia de Buenos Aires y puso a Mar del Plata, la ciudad en la que fue asesinado, en estado de alerta.

@bloqueD@No hay ningún testigo que haya visto el momento en que Canales cayó frente a su casa ubicada en el barrio marplatense de Parque Luro ni tampoco registro en la cámara de seguridad de una casa vecina, la única que existe en las cercanías del lugar en donde cayó la víctima. Se están analizando los registros de cámaras de la zona, para tratar de identificar a los atacantes en su huida.

POR QUÉ LO MATARON
A esto se suma la pregunta por el móvil. Nada se conoce todavía en ese sentido, pero se barajan al menos dos alternativas. Una es la relacionada con la posibilidad de un asalto, lo que movilizó hacia Mar del Plata al jefe de la policía bonaerense, Hugo Matzkin, y puso en alerta extrema al intendente Gustavo Pulti y todo su gabinete.

En sus minutos finales, Canales se dirigió a una gomería de la zona a poner en condiciones los neumáticos de su automóvil porque en la jornada del miércoles debía viajar. Pasó por una estación de servicios de Pedraza y Constitución, y finalmente se dirigió a su casa de Valencia al 4700, a sólo un par de cuadras. Al llegar descendió de su automóvil, abrió el garaje y finalmente allí lo estacionó. Pero en momentos en que estaba cerrando el portón se le acercaron los atacantes.

@bloqueD@EL SUICIDIO QUE NO FUE
La segunda hipótesis, que enseguida fue rechazada por el fiscal general Diego Escoda, es la referida a la investigación que Canales había desarrollado en el caso Damián Sepúlveda, un preso que apareció muerto en una celda de la comisaría de General Madariaga.

Se conoció en un reciente informe pericial que sentencia que no fue tal el “suicidio” de Sepúlveda en la comisaría, en enero de 2013. En ese expediente, Canales se negó a dar crédito a la versión de la policía, que aseguraba que Sepúlveda se había quitado la vida. Estaba convencido de otra cosa. Y esa otra cosa se confirmó hace pocas semanas, precisó el diario “La Capital”: un grupo de peritos de la Gendarmería Nacional estableció que a Sepúlveda lo torturaron y lo ahorcaron dentro de la comisaría.

Canales había prestado servicio en General Madariaga antes de ser trasladado a Pinamar. El propio fiscal general Escoda reconoció que el traslado se había debido a la existencia de tensiones entre el ayudante de fiscal y los poderes locales. Esta última hipótesis es abonada, en principio, por el hecho de que sólo se hubiera disparado un tiro porque es habitual que en los robos, se efectúen varios disparos. En el informe de la autopsia se menciona que Canales realizó una maniobra defensiva, colocando la mano frente al arma que presumiblemente le estaba apuntando.