Viernes 19 de abril de 2024
19 MAR 2017 - 12:30 | Culturas

Lo que dejó la Fiesta Nacional de la Guitarra

A una semana de su conclusión, un recorrido por los mejores momentos del homenaje a Fleury más grande del país.

Veinte años no es nada, pero 25 son muchos: desde Los Chalchaleros en el Estadio Municipal en 1991 a Diego Torres en el Galpón el sábado pasado, ha corrido mucha agua y mucha música. Mucho debate y mucho aplauso. Pero de hecho, la Fiesta de la Guitarra ya está instalada como un hecho cultural en la región. 
 

Unas 8 mil personas entran en el Galpón y sus adyacencias. La Feria, ubicada en el predio aledaño, según las jornadas, llegó a triplicar ese número. Combis y colectivos estacionados en las inmediaciones dieron cuenta de la cantidad de gente que se movilizó desde otros distritos hacia Dolores. Aseguran que la 25ª edición fue recorrida por más de 350.000 personas en nueve jornadas. 

 

El Patio Cervecero fue una novedad y un gran acierto. Los productores de cerveza artesanal de Dolores se nuclearon, con el patrocinio de la comuna, para ofrecer sus productos. Invitaron también a otros cerveceros de la zona. Un DJ le sumó a la onda del lugar. Hubo cata de productos y posibilidad de comer pizza y unos sándwiches de bondiola inolvidables. Decoración apropiada y buen clima hicieron del sitio una pasada imperdible. >Doscientos puestos se instalaron durante las nueve noches en el Paseo de la Guitarra. Hubo sectores diferenciados para comida, artesanías y comercios. Los gastronómicos fueron los más satisfechos con el movimiento de gente en sus comercios.

 

Muchos artistas de toda la región esperan las noches de lunes, martes y miércoles para mostrar su talento. Pero, sin lugar a dudas, fue Vamos los Pibes la revelación. Los chicos de la Escuela Especial 501 hicieron bailar y emocionar a todos los asistentes el martes y repitieron los aplausos de pie cuando volvieron a tocar, especialmente invitados, en la jornada del cierre. La música como inclusión, el trabajo como camino y la alegría como modo de estar en el mundo fueron las consignas no dichas que salieron en cada “viva” por parte del público. Una enseñanza magnífica de los pibes y los maestros de la 501. 

 

Veinticinco payadores para los veinticinco años. El arte de la improvisación tiene un público fiel y seguidor como perro de sulky. La convocatoria que tuvo el grupo que integran, entre otros, Emanuel y Mariángel Gabotto y su mamá, Susana Repetto, dio muestras de ello tanto en el público como en el escenario, donde el número terminó siendo tan significativo como lo que se cantó y se dijo. 

 

Viejos conocidos, nuevos visitantes. El cambio de tónica que llevó desde hace varios años a mutar de lo estrictamente folklórico a una mayor amplitud de géneros, implicó este año la presencia de varios artistas que nunca habían estado en Dolores. Las pastillas del Abuelo, Los Huayra, Lali, Diego Torres o Rombai debutaron en el escenario Estilo Pampeano. Los Nocheros renovaron el contrato con su público una vez más. Carlos Ramón Fernández volvió a Dolores con la fidelidad de quienes lo siguen fielmente.

 

Otros públicos, otros códigos. Las Pastillas del Abuelo trajeron, con su público, los rituales típicos de los recitales de rock. Lali Espósito convocó a miles de niñas que, con coronitas y carteles, aplaudieron y corearon la actuación de la joven cantante. Así como hay gente que saca entrada para ver lo que fuera –“yo saqué entrada para el sábado”, decía un señor en la cola, sin poder precisar a quién esperaba ver- los fans tienen muy claro lo que quieren escuchar.