Viernes 19 de abril de 2024
06 NOV 2017 - 10:47 | Sociedad

La singular historia del policía maratonista

Sebastián Bonissone presta servicios en la Comisaría N° 1 de Santa Teresita, donde vive. En su tiempo libre se dedica a entrenar y correr maratones de más de 42K. Conocé esta historia de superación.

Correr por hobbie o competir en maratones es cada vez más habitual en la Argentina, donde en los últimos años se ha tomado mayor conciencia del bienestar que produce hacer ejercicio físico. Y en lugares como La Costa, donde el paisaje natural invita a correr, es todavía más común.

Entre todos los atletas, aficionados o profesionales, en Santa Teresita se destaca un policía maratonista que en realidad optó por competir en ultramaratones, que son carreras de más de 42K, donde la consigna es superarse a uno mismo.

Se trata de Sebastián Bonissone, quien además de maratonista es efectivo de la Policía Bonaerense desde hace casi 10 años, afectado en la actualidad a la Comisaría Nº 1 de Santa Teresita, como para desmitificar la imagen de los efectivos fuera de estado.
 
“Empecé a correr por la hermana de una amiga que me invitó a una maratón en Capital Federal hace solo dos años y nunca más paré. Me gustan mucho las distancias largas por lo que representan en cuanto a que te estás superando constantemente en un esfuerzo tremendo”, afirmó el atleta, hijo de Roberto “Tito” Bonissone, un histórico dirigente peronista de La Costa.
 
Ahora Sebastián trajo de Balcarce un meritorio 2º puesto en la exigente ultramaratón Tierras del Diablo, con la modalidad especial de 21+42: 63K que arranca en el llano y luego se disputa por las sierras balcarceñas. “Fui 2º en mi categoría de 18 a 35 años, con poco más de 9 horas de carrera, donde ganó un chico de Balcarce y 3º fue un marplatense, que también se prepara en Balcarce”, agregó Bonissone, que se prepara físicamente en el gimnasio de Gustavo Leiva, director del Centro de Alto Rendimiento Deportivo de La Costa.
 
Su entrenadora personal, la pinamarense Candela Cerrone, lo organizó en lo que respecta a la alimentación anterior a la carrera y durante la misma. “Al ser competencias tan largas, muchas veces de casi 12 horas, es muy importante la alimentación durante la carrera. En la semana previa hago una carga importante de carbohidratos como pastas y durante la ultramaratón voy comiendo sandwichs, barritas de cereales y tomando mucho líquido”, contó y afirmó que “al momento de una carrera voy pensando en el sacrificio que hago por estar ahí, el esfuerzo, y trato de superarme en cada evento pensando en dar lo máximo”, precisó.
 
Bonissone sale a correr con frío, lluvia, sol de verano y con cualquier clima para mantener la línea y desde principios de este año contrató los servicios de una entrenadora conocida en el ambiente, con la que logró un orden alimenticio y supo sacar más aún de su potencial. Candela Cerrone lo llama “el gladiador silencioso”. 
 
“Sebas es un chico muy disciplinado, cumplidor y muy callado que cuesta que te cuente cómo está en carrera y cuando termina la competencia. Admiro su fortaleza física y mental, que le sirve mucho en este tipo de ultramaratones donde estás solo en un terreno hostil y tenés que ser fuerte para continuar y mantener el ritmo”, consideró la profesora de educación física mientras repasa el año con los objetivos cumplidos del policía maratonista: 80 kilómetros en la montaña de San Juan, 84 kilómetros en la selva misionera y este podio conseguido en Balcarce en los 63K.
 
Para conseguir un mejor desempeño, su entrenadora debió reducir su masa muscular y trabajar con él entre cinco y seis rutinas semanales con cuatro días de correr en la calle y dos días de gimnasio. “Su templanza y serenidad es su fuerte”, elogió Cerrone.
 
Ahora el policía maratonista costero tiene por delante un objetivo mayor para 2018 y es el de estar en la madre de todas las ultramaratones: La Misión, con duros y exigentes 160 kilómetros en la montaña de la Patagonia argentina, la prueba más difícil de Sudamérica. Como para seguir superándose a sí mismo.