Jueves 18 de abril de 2024
20 JUN 2018 - 08:15 | Política

Desde el verano las bebidas en pinamar se venderán sin sorbete

Fueron prohibidos por una ordenanza del Concejo Deliberante. Y se prevén sanciones para quienes lo incumplan. La ciudad de Buenos Aires, analiza una iniciativa similar.

Pueden parecer inofensivas, simpáticas, cosa de chicos. Así y todo, las pajitas de plástico se acaban de convertir en el nuevo veneno para los ambientalistas. Así como hace un año y medio, las bolsas plásticas se volvieron en el enemigo público número uno en muchas ciudades, ahora les llegó el turno a los sorbetes. Nueva York, Bruselas, el Reino Unido y la Comisión Europea ya les declararon la guerra a los sorbetes.
 

Y, este año, quienes vayan de vacaciones a Pinamar o Cariló se encontrarán con la novedad: los daikiris, licuados y gaseosas se servirán sin pajita o con una endeble versión de sorbete de papel, porque las pajitas plásticas fueron prohibidas por una ordenanza del Concejo Deliberante. Y se prevén sanciones para quienes lo incumplan. La ciudad de Buenos Aires, analiza una iniciativa similar.

 

Mar del Plata también avanza hacia la reducción y erradicación del uso de sorbetes plásticos. Santiago Bonifatti (Sumar) junto a otros cinco concejales de distintas fuerzas (Ariel Ciano (FR), Natalia Vezzi y Ariel Martínez Bordaisco (UCR), Marcos Gutiérrez (Unidad Ciudadana) y Marcelo Carrara (Agrupación Atlántica) presentaron el proyecto de ordenanza que aspira a generar un cambio de hábitos en un proceso que prevé dos etapas. La primera es de reducción de uso (sería a partir del próximo 1° de enero) y la segunda de prohibición del producto (desde mayo próximo). "Dependerá de lo que se logre en el período inicial, lo que se pueda lograr con los activistas de la causa y el resultado de sensibilizar tanto a comerciantes como público en general", dijo Bonifatti.

 

El proyecto de ordenanza aspira a encontrar el acompañamiento de los directos involucrados en la venta y distribución de sorbetes y vasos plásticos. Admite excepciones (bebidas en tetrapack pequeños que requieren de bombilla) pero insiste que es un producto prescindible. Contempla un programa de gestión de reducción de uso y también otro, a cargo del municipio, destinado a informar y promocionar esta medida destinada al cuidado ambiental.

 

¿Por qué el mundo pone en jaque a las pajitas plásticas? 

 

La razón es de reducir la enorme cantidad de basura que llega a los océanos: unas 600.000 toneladas al año. Y más del 80% de la basura de los mares es plástico. A este ritmo, advierten, para 2050, en el mar habrá más plástico que peces, según estimó recientemente el Foro Económico Mundial. Las pajitas se suman a otros objetos de plástico descartable, que no se reciclan y generan un fuerte impacto, sobre todo cuando van a parar al mar: los peces y aves los comen enteros y mueren atragantados. Cada argentino utiliza unos 43,2kg de plástico por año, según datos del sector, y sólo el 24% de los residuos plásticos domésticos se reciclan post-consumo

 

El impulsor de la prohibición argentina se llama Gastón Caminata y es un surfer que vive en Ostende y que desde hace ocho años, cada vez que sale a cabalgar el mar, vuelve a su casa con una pila de basura que levantó de la arena. Levantar la basura ajena después de surfear es una promesa que le hizo al océano, explica. La gente de Pinamar lo conoce porque es quien desde hace años impulsa la campaña "Yo amo mi playa". La mayor cantidad de basura que encuentra Caminata, en sus recorridas diarias es plástico. Muchos de esos residuos, se podrían reciclar. Pero si no se los recupera antes de que el mar se los trague, acabaran incrementando los grandes volúmenes de plástico que crecen en los océanos.

 

Hace unos meses, después de una de esas recorridas, Caminata decidió armar una petición en la plataforma Change.org que decía "Pedile a Martín Yeza (el intendente de Pinamar) que prohíba los sorbetes". Cuando Yeza se enteró, decidió no esperar a que la iniciativa tuviera eco. Adoptó el proyecto y una concejal de su partido, presentó la iniciativa y, poco después, el Concejo Deliberante la aprobó. La prohibición regirá a partir del 1 de diciembre próximo. Aunque todavía falta armar un protocolo de cómo serán las multas y sanciones.

 

"Cuando hacemos limpieza de playa, hay un trabajo que es manual, porque las máquinas no llegan: y lo que más se levanta son las pajitas y las colillas de cigarrillo. Además, dentro de las gaviotas, los pingüinos y pescados muertos que aparecen en la costa, muchas veces también se encuentran sorbetes. Por eso, decidimos ser pioneros y avanzar en la prohibición", explica Yeza. "Tampoco este verano se van a poder entregar vasos plásticos finitos, de los que se rompen fácil, porque se usan una vez y no se pueden reciclar", agrega.

 

¿Cómo va a ser el operativo antisorbete? 

 

"No vamos a perseguir como a un narco a quien venda una bebida con pajitas plásticas. Tampoco vamos a tener una patrulla de fiscalización de sorbetes, como algunos ironizaron. Vamos a tener una herramienta para denuncias de fiscalización online. La idea es que la gente nos comunique si en algún lugar se incumple la ordenanza y allí debemos actuar. Cuando le explicás a la gente el perjuicio que generan las pajitas, casi todos están dispuestos a colaborar con el cambio", apunta Yeza.

 

Cuántos sorbetes se usan por verano

 

No existen datos sobre qué cantidad de sorbetes plásticos se producen por año. Aunque se sabe que el polipropileno, el mismo material que se usa para hacer las tapas de botellas, representa el 17% de la producción de plástico. 

 

¿Cuántos sorbetes se usan en un año en Pinamar?

 

Fernando Rusillas, responsable de la única papelera que hay en el partido detalla que entre diciembre y marzo últimos vendió 284.500 sorbetes a los comercios locales. Claro que hay que sumarles las pajitas plásticas que los paradores y bares llevan desde Buenos Aires.