Miércoles 24 de abril de 2024
05 JAN 2019 - 11:58 | Política

La carga impositiva en 2019 hacia los ciudadanos será la más alta en 60 años

Lo afirma un informe del diario La Nación. La presión por los impuestos la aumentó el gobierno de Macri por el acuerdo con el FMI.

Será la mayor carga impositiva de los últimos 60 años.

La meta de llegar al  déficit fiscal cero este año implicó una suba de impuestos no prevista cuando comenzó la gestión de Mauricio Macri.  Si bien en los dos primeros años de gobierno se redujo la presión tributaria en casi dos puntos del producto bruto interno (gracias a los ingresos extraordinarios del blanqueo), en 2019 la carga impositiva será la más alta en, por lo menos, los últimos 60 años (con los datos disponibles para la comparabilidad de las series de PBI), según estimaciones privadas.

En una nota publicada en el Diario La Nación se señala que sobre la base de las proyecciones de la ley de presupuesto, este año la presión tributaria ascenderá a 26,2% del PBI. Esto significa una suba de 1,3 puntos del producto respecto del año pasado y de 2,2% del PBI en relación con los dos primeros años de la administración de Cambiemos, según un trabajo de la consultora Ledesma. La mayor suba será la de las retenciones, que pasarán de aportar 0,8% del PBI a 2,4%.

En el Gobierno, sin embargo, señalan que, tras la reforma tributaria de fines de 2017 y luego del Pacto Fiscal, en el que se propuso cambiar la distribución del impuesto al cheque y el de ganancias, la presión fiscal consolidada de 2019 será similar a la del último año del gobierno de  Cristina Kirchner. Entonces, con una carga impositiva de 25,8% del PBI, 2015 fue el récord anterior de presión.

En este sentido, desde el Ministerio de Hacienda indican que, con la misma carga tributaria, se bajará el déficit fiscal en cuatro puntos del PBI. Ese desequilibrio de 4% entre gastos e ingresos era el que tenía la Nación en 2015.

Según la consultora Ledesma, del 26,2% del PBI, 6,6% es recaudación por seguridad social (sube del 6,5% de 2018); 1,6% son ingresos provenientes del impuesto al cheque (el año pasado era 1,7%); 2,4% son retenciones (con un aumento significativo en comparación al 0,8% que representaba el año pasado); 4,9% proviene de Ganancias (cae con respecto al 5,5% de 2018); 7,8% es recaudación por IVA (baja en relación al 7,9%), y 2,9% son otros impuestos (aumenta respecto del 2,5%).

Por lo tanto, el impuesto que hará la diferencia con respecto a los años anteriores es el de los derechos de exportación. Luego de una suba del tipo de cambio de más del 100%, el Gobierno decidió sacar provecho de los beneficios que tuvo el sector exportador con un precio del dólar más competitivo.

Este año, además, habrá ingresos por tributos que no había antes, como son las retenciones a los servicios y el impuesto a la renta financiera, que es retroactivo al primero de enero de 2018.

Desde el Centro de Estudios Económicos de OJF destacan un informe de la consultora PwC que publica el Banco Mundial donde muestra que, por cada US$100 que gana el sector privado, el Estado se queda con US$106. Hay que destacar que ese estudio data de 2017, por lo que se estima que ahora debe ser más alto.

En cuanto a la caída relativa en el resto de los tributos nacionales, la reforma tributaria prevé modificaciones en dos impuestos de especial envergadura. Por un lado, las reducciones en las contribuciones patronales (como fruto del aumento del mínimo no imponible y la convergencia a una alícuota efectiva más baja) y, por otro; la reducción del impuesto a las ganancias. Ambos tributos denotarían una baja equivalente al 0,4% del PBI con respecto a 2018.