Viernes 29 de marzo de 2024
28 MAY 2017 - 18:30 | Sociedad

Leonel Gabotto, la promesa del arte dolorense

Tiene 25 años y transita un camino que alguna vez recorrió Inés Estévez. Su particular historia en esta nota.

Canta, baila, actúa, toca el violoncello y hasta zapatea... Así se lo podría presentar al dolorense Leonel Gabotto en un escenario, pero esos verbos no alcanzan para definirlo en un papel. Tiene 25 años y llamarlo artista no es suficiente porque él hace mucho más que arte: persigue sueños. 
 

Nació el 17 de agosto de 1991, su mamá es ama de casa y bailarina de música española. Su papá, mecánico. Se crió en una casa del barrio del Colegio Nacional, como muchos, pero se diferencia como pocos. 

 

Leonel forma parte de la Orquesta Escuela desde sus 13 años y baila desde su adolescencia, pero le gusta la música desde su infancia. “Con mis papás y mi hermana siempre íbamos a la Fiesta de la Guitarra y no nos perdíamos ninguna. Siempre veía el ballet y pensaba en lo lindo que sería formar parte de él”, le cuenta a ENTRELÍNEAS. Formó parte. Forma parte. 

 

Primero empezó como un juego. Uno de sus mejores amigos viajaba a Alemania de intercambio, entonces pensaron en hacer una actividad que los uniera antes de esa partida. Los unió la danza y la Fiesta de la Guitarra, sin pensar que desde ese momento “Leo” no dejaría de pisar el escenario Estilo Pamepano. “Eso fue el pie y el momento en el que decidí que quería empezar a bailar. Desde ahí se me abrió un abanico de posibilidades increíbles. Conocí a Valeria Díaz Gallardo y con ella no sólo bailé folklore, también contemporáneo y clásico. Después decidí incursionar en otras danzas y dije: ‘Quiero ser bailarín y hacer esto toda mi vida’”, nos cuenta Leonel.

 

Así fue como siguió tomando clases y estudiando: música en el Conservatorio de Chascomús, Comedia Musical con Pepe Cibrián, teatro en Buenos Aires... Y más. Ahora fue elegido entre 5.000 artistas junto a otros 39 por José María Muscari para integrar Bolywood, una obra que se estrenará el próximo mes en Capital Federal y en la que será reemplazo.

 

“El camino del arte es interminable. Aquellos que no se hayan animado a hacer arte y les guste mucho, que lo hagan. Es un camino duro, pero que da una felicidad incomparable”, asegura la promesa artística de los pagos en donde ya surgió, por caso, Inés Estévez.