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27 AUG 2018 - 09:00 | Sociedad

Misterio e inquietud por la sucesión de orcas varadas en la costa bonaerense

Dos de estos mamíferos murieron, encallados en la arena. Los restantes pudieron regresar aguas adentro, pero no se descarta que en las próximas horas repitan el derrotero rumbo a tierra firme.

Dos de los casos fueron exitosos.

Primero fueron tres casos en inmediaciones de Mar de Ajó. Luego, otro en jurisdicción de Villa Gesell. Y ayer, dos más aquí, en Punta Mogotes y el interior del puerto. Aunque pudo haber repetición de protagonistas, esta sucesión de varamientos de orcas en la costa atlántica resulta al menos llamativa para los especialistas que, con ayuda de fuerzas de seguridad, tuvieron que intervenir para devolver al mar y mantener con vida a algunos de estos animales. LA NACION hizo un repaso por cada uno de los casos hallados durante el fin de semana.

Dos de estos mamíferos murieron, encallados en la arena. Los restantes pudieron regresar aguas adentro, pero no se descarta que en las próximas horas repitan el derrotero rumbo a tierra firme. Desorientación o patologías son algunas de las hipótesis que manejan los profesionales que conocen con mayor profundidad a estas especies marinas.

Los dos casos que se dieron ayer aquí fueron exitosos, al menos en la maniobra de rescate y devolución al mar. Primero, muy temprano, y ya con luz de día, el esfuerzo se concentró en la bahía que separa el balneario 1 del complejo Punta Mogotes y el parador Waikiki.

Hasta allí llegó personal de la Fundación Mar del Plata Aquarium especializado en el rescate y rehabilitación de especies marinas. También la Prefectura Naval Argentina, que, además, aportó embarcaciones adecuadas. Y guardavidas, surfistas y transeúntes ocasionales que, de paso por el lugar, dieron una mano para empujar a la orca de más de cinco metros que estaba apoyada sobre la arena húmeda y apenas bañada con el último esfuerzo de las olas.

Primero en un contexto caótico, por querer hacer sin saber muy bien cómo; luego, más organizados, con el arribo de quienes más conocían del tema, una literal cadena humana tiró de las lingas que posibilitaron que la orca lograra profundidad como para desplazarse en el agua por medios propios.

Después de los aplausos que coronaron la labor de media mañana, antes de mediodía había nuevo destino por otro animal similar que ingresó en el puerto y terminó varado en costas del astillero TPA. Otra vez las lingas, esta vez tiradas desde dos gomones de la Prefectura, para derivarla al espejo de agua. Con esas mismas embarcaciones le fueron cerrando el paso como para que su única opción fuera salir de la terminal marítima. Minutos después del mediodía, cruzó frente a los morros de las escolleras norte y sur y se perdió entre las olas.

Profesionales de la Fundación Mar del Plata Aquarium lograron tomar muestras de sangre para a corto plazo, pero ya sin margen de intervención sobre el animal, saber si afrontaba alguna patología que la llevó a descansar sobre la costa. "Llevará su tiempo conocer resultados", explicaron a LA NACION. Algo parecido pudieron lograr sus pares de la Fundación Mundo Marino, de San Clemente del Tuyú, que intervinieron en los varamientos de anteayer en Mar de Ajó.

Sergio Rodríguez Heredia, biólogo del Centro de Rescate y Rehabilitación de Mundo Marino, confirmó que pudieron devolver al mar solo a una de las dos orcas que encallaron en sus cercanías. La otra murió. "No podemos arriesgar cuál es el motivo de estos comportamientos, pero sí asegurar que por lo menos es llamativo que se den tantos casos en tan poquitos días", explicó a LA NACION.

La seguidilla comenzó el viernes por la noche, con el varamiento de de tres orcas en Mar de Ajó. Una salió por sus propios medios, otra con asistencia y la restante murió. Horas después llegó otro aviso desde la zona de Faro Querandí, a pocos kilómetros del primer punto de trabajo. Allí también encontraron una orca muerta. Luego se constató otra en Villa Gesell.

Los especialistas no descartan que las dos rescatadas y devueltas al mar en Mar del Plata puedan ser alguna o las mismas que tuvieron sus contratiempos en Mar de Ajó. Por descripciones, las asistidas ayer aquí serían de menor tamaño: unos cinco metros contra los casi seis y medio que asomaron en el Partido de la Costa.

Rodríguez Heredia explicó que con las muestras de sangre podrán saber si padecían infecciones o alguna debilidad respiratoria. También se tomaron muestras de tejido de los dos animales muertos. A partir de la grasa, que es su protección ante bajas temperaturas, se pueden determinar distintas afecciones. "Por ejemplo, presencia de metales pesados u otros contaminantes", detalló el profesional.

Estos animales, cuyo nombre científico es Orcinus orca, tienen presencia constante frente a la costa atlántica. Los especialistas destacan dos variedades: una transeúnte, que se mueve mucho y se alimenta de mamíferos marinos, como los lobos marinos que recalan en puntos de la Patagonia. Y otra permanente, cuya dieta está dominada por peces.

Sin la singular recurrencia de estos últimos días, los varamientos se repiten por esta zona. Hace muy pocos días, los profesionales de la Fundación Mundo Marino ayudaron a regresar al mar a una ballena jorobada, en ese caso quizá sorprendida por una bajamar repentina.

En Mar del Plata, apenas finalizada la temporada, una ballena de gran tamaño había terminado encallada frente a los balnearios de Punta Mogotes. Durante más de un día se trabajó para mantenerla viva y devolverla a aguas profundas. Presuntamente enferma, murió allí, en medio de ese intento.

Tres especies distinta

  • Orca "transeúnte": Se mueve mucho y se alimenta de mamíferos marinos, como lobos marinos
  • Orca "permanente": Básicamente, su dieta está dominada por el consumo de peces
  • Ballena jorobada: Son las más vistosas porque dan vueltas en el aire cuando salen a la superficie a tomar aire