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13 FEB 2019 - 20:32 | Sociedad

Mujeres Bomberos Voluntarios, pioneras de una nueva época

En Santa Teresita se reabrió la posibilidad de que el Cuartel local sumen mujeres, algo que hace muchos años no sucedía. Quiénes fueron las pioneras.

Josefa Armando de Tortosa, a la izquierda, fue la primera mujer del Cuartel de Santa Teresita, en La Costa.

Muchas veces la memoria falla y pasamos por alto hechos o personas que han hecho historia.

Tal es el caso de las primeras mujeres que en 1988 formaron parte del personal femenino del Cuerpo Activo del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Santa Teresita. Toda una singularidad, porque luego no hubo más mujeres hasta que ahora se reflotó esta posibilidad.

Doña Josefa Armando de Tortosa fue la primera de todas, la Nº 1, tal es así que el primer camión que tuvo el destacamento lleva una placa con su nombre. A ella se le sumaron luego Blanca Lárez, Marta Palomino, Beatriz Pazos, Elena Carrizo, Estela Ibarra, Nancy Taboada, y Sandra Tortosa, nieta de Doña Josefa. En aquella época esas primeras mujeres, esposas de bomberos, cumplían las mismas funciones que cualquiera de los hombres y en los recuerdos trasciende que al sonar la sirena ellas eran las primeras en llegar.

El actual Comandante Mayor, Mariano Cavo, jefe del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de Santa Teresita fue, entre otros, quien se encargó de capacitarlas dándoles clases en el cuartel.

Mientras en la actualidad hay una guardia telefónica, en aquellos días había lo que se denominaba “cuartelera” y Josefa lo era. Ella vivía en el cuartel, atendía las emergencias y convocaba al personal mientras el resto de las mujeres participaba activamente. De esto da cuenta una de las actas de guardia con fecha 26 de agosto de 1988 en donde figura un accidente que tuvo la ambulancia de bomberos en donde se encontraba cumpliendo funciones Blanca Lárez, al ser embestido el móvil por un camión en la calle 32 y 16 en Santa Teresita y donde sus propios compañeros que iban detrás suyo tuvieron que socorrerla.

Estas mujeres voluntarias formaban el “Cuerpo auxiliar femenino”, quienes cumplían las mismas funciones que cualquier bombero. Años más tarde, la Federación Bonaerense de Asociaciones de Bomberos Voluntarios de la provincia de Buenos Aires creó nuevas normas en el funcionamiento de los Cuerpos Activos, separando lo que es el “Cuerpo auxiliar femenino” del “Cuerpo activo”. Es a partir de ahí que la mujer pasó a depender de la necesidad que pudiera surgir en la fuerza, provocando de esta manera que al no verse encuadradas en el cuerpo activo de la Institución sus actividades fueran disminuyendo hasta parecer diluirse.

Cuando ocurrió esta separación, a Josefa de Tortosa se le dio la jerarquía de Sargento, cumplió toda su carrera y fue pasada al cuerpo de reserva hasta sus últimos días. El “Cuerpo auxiliar femenino”, con médicos y psicólogos, es el encargado de apoyar al “Cuerpo Activo”, pero no pertenecen al mismo y no tienen ninguna obligación de actuar. Es una especie de contrato de palabra que tiene con la institución. No están adentro y si suena la sirena no tienen que asistir ni tienen que hacer guardias pero ante un requerimiento se los convoca para dar asesoramiento profesional. Actualmente, hay dos mujeres en el cuerpo de reserva: Blanca Lárez y Beatriz Pazos, quienes aún no están jubiladas pero reciben el subsidio de bomberos por sus 25 años de servicio, otras dos mujeres en el cuerpo auxiliar y a partir de ahora, con la apertura de las inscripciones, ya no serán auxiliares sino que formarán parte del cuerpo activo de la Institución como sucedió hace 30 años. 

Desde la institución se vive con ansias y entusiasmo esta nueva oportunidad manifestando que la mujer dentro del cuartel les ayuda a equilibrar las cosas ya que su presencia en un accidente es muy valiosa debido a que la voz de una mujer calma a las víctimas, se trate tanto de un hombre, una mujer o un chico haciendo que se sientan más contenidos, tengan mejor predisposición y se relajen más, logrando así una mejor asistencia.