Viernes 13 de diciembre de 2024
25 NOV 2020 - 13:48 | Sociedad

El adiós de Maradona: la semana que Diego revolucionó a Santa Teresita como técnico de Racing

El día de la partida del mejor jugador del fútbol mundial recordamos su paso por la región como DT de Racing. Pretemporada en Santa Teresita y las anécdotas de una semana que no se volverá a repetir en la historia del Partido de La Costa.

Diego entre sus dirigidos en Racing. Sin remera, el Turco García, de espaldas el Piojo López. Entrenaban en el Social Santa Teresita. Hoy el mundo despide al mejor jugador del fútbol de la historia.

El mundo llora a Diego Armando Maradona, el futbolista que fue amado en todo el mundo y que los argentinos y las argentinas convirtieron en bandera. A los 60 años falleció en su casa de Tigre este mediodía luego de un paro cardiorrespiratorio. Su corazón dijo basta. El mismo corazón que le brindó a la Selección cada vez que se puso la 10 albiceleste. El mismo corazón que puso en cada cancha, en cada partido, en cada mundial. El corazón, sus piernas, su magia, su habilidad. Hoy lo recordamos desde Entrelíneas.info con su paso en el verano de 1995 por Santa Teresita con una nota publicada el día de su cumpleaños 60, el cercano 30 de octubre. Dolor, conmoción, pesar, tristeza. Todo un pueblo despide a su ídolo.

Le habían cortado las piernas en el Mundial de Estados Unidos 94 pero no sería el final todavía de la carrera de Diego Armando Maradona, quien hoy 30 de octubre está cumpliendo 60 años, y que supo reinventarse en cada oportunidad que la vida lo llevó contra las cuerdas, o cuando él mismo puso la cabeza en la guillotina. Pero siempre salió, siempre se reinventó. Tal vez porque como bien lo definió Eduardo Galeano: “Diego Maradona es el más humano de los dioses, porque es como cualquiera de nosotros. Arrogante, mujeriego, débil… ¡Todos somos así! Estamos hechos de barro humano, así que la gente se reconoce en él por eso mismo. No es un dios que desde lo alto del cielo nos muestra su pureza y nos castiga”.

Diego tenía prohibido volver a jugar al fútbol profesional por el dóping positivo de efedrina hasta el 15 de septiembre de 1995, pero no podía estar lejos de una cancha de fútbol con sus 34 años y todavía más hazañas por realizar. Por eso, en dupla con Carlos Fren, primero probó suerte en Deportivo Mandiyú de Corrientes, a fines del 94. La dupla técnica solo consiguió un triunfo más 6 empates y 5 derrotas pero a pesar de los magros resultados llegó la oferta para dirigir a Racing en enero de 1995 de la mano del polémico ex presidente de la Academia, Juan De Stéfano. ¿Y dónde fue la pretemporada del club de Avellaneda?, en las playas de Santa Teresita y el Hotel Internacional como epicentro de la concentración del plantel.

Entonces no fue un verano igual a ninguno ese del que ya pasaron casi 26 años. Maradona estaba en el Partido de La Costa, Maradona estaba en Santa Teresita. Una multitud de residentes y turistas soportaban el calor frente al Hotel, con vista al mar, para tener un autógrafo del 10, o una foto, un saludo, verlo, tocarlo, estar cerca del ídolo, que tenía como objetivo primero dirigir a Racing y luego volver como jugador, cuando la FIFA levantara la suspensión en septiembre de ese año. Y con el agregado del sueño de volver a formar dupla con Claudio Caniggia, algo que sucedería, pero en Boca y unos años después, antes de colgar los botines el 27 de octubre de 1997 en un partido frente a River en el Monumental días antes de cumplir los 37 años.

El entrenamiento físico lo realizaban en el predio del Golf Club Santa Teresita y el futbolístico en la cancha del Social Santa Teresita, que tuvo al máximo jugador del fútbol argentino y mundial en su césped, con buzo de DT pero jugando a la par de sus dirigidos, entre los que estaban el Turco García, Gustavo Costas, Nacho González, Néstor Clausen, el Piojo López, el Puma Rodríguez, Adrián De Vicente y el Lagarto Fleita, entre otros.

La estadía de Racing y de Maradona en particular no fue sencilla. Una caravana de autos, motos y bicicletas seguía los movimientos de Diego a donde vaya, cuando iban para el Golf Club o cuando iban para la cancha del Social, o cuando querían salir a conocer algún restaurante de Santa Teresita. Un amigo de Diego lo invitó a un asado en una amplia propiedad de calle 4 entre 42 y 43 de Santa Teresita, característica por tener en su frente un cañón de guerra y un metegol, y la cuadra fue un hervidero de gente hasta la madrugada. La camioneta de Diego era como un imán para los fanáticos, que se olvidaron de la playa, de pasear por la peatonal, de ir al cine o al teatro. El objetivo era ver a Maradona de cerca. Y cuando el 10 movía, atrás parecía una procesión.

Los entrenamientos de Racing en la cancha del Social Santa Teresita fueron seguidos por miles de costeros y de turistas que no podían creer la suerte de elegir veranear en esas playas y de yapa tenerlo cerca a Maradona. La pretemporada de Racing pasó, también pasó un pobre torneo de verano en Mar del Plata y la campaña en el torneo también pasó sin pena ni gloria. Fueron apenas 4 meses y los malos resultados lo obligaron a renunciar. Junto a Carlos Fren dirigieron 11 partidos en los que Racing consiguió 2 triunfos, 6 empates y 3 derrotas. Algunas polémicas marca Maradona con expulsiones y mala relación con algunos jugadores terminó esta etapa que fue a la vez, sin saberlo, el puntapié para que años más tarde cumpliera otro de sus sueños: ser técnico de la selección Nacional en las eliminatorias sudamericanas y luego en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Maradona cumple 60 y además de ser el estandarte del campeonato mundial de México 86, del subcampeonato en Italia 90 y de tantas alegrías más para todos los argentinos, dejó su impronta en varias películas, series de TV, canciones, y también en ese pasaje de Galeano que completó con su pluma magistral: “Maradona se convirtió en una especie de Dios sucio, el más humano de los dioses, eso explica la veneración universal que él conquistó más que ningún otro jugador. Un Dios sucio, que se nos parece: mujeriego, parlanchín, borrachín, tragón, irresponsable, mentiroso, fanfarrón. Pero los dioses por muy humanos que sean, no se jubilan”. Y ahí anda Diego, cumpliendo 60 años, con edad de jubilarse, pero con su estrella divina de un dios humano siempre brillando.