Viernes 26 de abril de 2024
22 SEP 2021 - 20:46 | Sociedad

Chascomús: denuncian caza furtiva de fauna autóctona y carreras de galgos en la zona rural

Los vecinos aseguran que se escuchan disparos por la noche y encuentran restos de animales dispersos por los campos.

Muchas veces encuentran galgos desechados porque ya no pueden correr y restos de animales.

Vecinos de las zonas rurales de Chascomús denunciaron que conviven con la presencia de cazadores furtivos y corredores de galgos, que ingresan ilegalmente a sus terrenos y destruyen la fauna autóctona.

“Acá se pueden encontrar antílopes, siervos, ñandúes”, expresó a Infocielo Manuel Anchorena, vecino de la zona. En este sentido, los grupos dedicados a la caza ilegal eligen estos lugares por los animales que circundan las tierras, sin respeto por la propiedad privada ni las regulaciones en relación a la cacería.

“En el barrio cuidamos esa fauna, todos los vecinos están en contra de la cacería y la matanza de estos animales”, expuso como principal problemática. Y agregó que la zona se encuentra “muy cerca de cascos urbanos”, donde antiguamente se practicaban carreras para los perros galgos. “Gracias a dios se prohibieron las carreras, pero eso lo que generó fue que las trasladaran a las zonas rurales”, manifestó.

Unos 60 vecinos se comunicaron con las autoridades municipales de la zona, con Fauna y la Sociedad Rural. Recientemente la asociación Proyecto Galgo Argentina hizo eco de la realidad que se vive en la zona rural de Chascomús y se comunicaron con el intendente Javier Chapa.

“Hay tours de galgueros que van desde Santa Fe, para hacer cacería, organizan campeonatos de yuntas y amenazan a los dueños de los campos. Dejan tendales de animales muertos incluidos galgos que a veces no resisten”, expresaron en redes sociales.

Las carreras de galgos están prohibidas en el país desde 2016, tras la sanción de la Ley 27330, que castiga con hasta 4 años de cárcel y multas a quien realice, promueva u organice la actividad. Pero, ante la legislación, la actividad pasó a desarrollarse en la clandestinidad, en zonas rurales de difícil acceso para las fuerzas policiales.

“Se meten en los campos nuestros, donde buscamos proteger la fauna de la zona, por la noche ingresan a cazar y practicar las carreras de galgos”, manifestó Anchorena y agregó que, durante la noche “se escuchan tiros de fusil, es muy común escuchar los estruendos durante la noche”.

Entre otros impedimentos, los vecinos de la zona manifiestan que, al no contar con una comisaría en las cercanías al denunciar la presencia de intrusos dentro de los campos la policía, que se encuentra a 50 kilómetros, llega cuando es demasiado tarde.

En el lugar solo quedan restos de cadáveres de fauna nativa y galgos “desechados” porque ya no pueden correr. Muchos de ellos son dados en adopción luego por rescatistas, otros no resisten el maltrato y mueren.