Partido de La Costa: la parroquia San Clemente Romano sufrió un nuevo acto de vandalismo
El padre Julio Aguiar indicó que este domingo encontraron rota una imagen religiosa dentro del templo. La semana anterior también había sido dañada la representación de la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística.

La parroquia San Clemente Romano representa un punto de unión para toda la comunidad sanclementina
La comunidad católica de San Clemente del Tuyú atraviesa momentos de profunda consternación tras un nuevo hecho de vandalismo ocurrido en la parroquia San Clemente Romano. El propio párroco, padre Julio Aguiar, compartió en redes sociales un mensaje en el que lamenta la reiteración de ataques contra imágenes sagradas y objetos de culto.
“Durante un tiempo hemos sufrido varios vandalismos con respecto a imágenes y objetos de veneración”, expresó el sacerdote, quien relató que este domingo 9 de noviembre volvieron a encontrarse con la rotura de una imagen religiosa dentro del templo. La semana anterior también había sido dañada la imagen de la Virgen María bajo la advocación de Rosa Mística.
Estos episodios se suman a una serie de hechos preocupantes que ya habían sido denunciados por el párroco: robos en el templo, incluyendo dinero de las limosnas, artefactos de culto, velones pascuales e incluso una cruz procesional. La situación genera indignación y tristeza entre los fieles, que ven profanado un espacio que consideran sagrado, símbolo de encuentro y fe para toda la comunidad.
Cabe recordar que meses atrás también fue vandalizada la imagen del santo patrono ubicada en la entrada del pueblo, a la que le cortaron los brazos, en un acto que en su momento ya había despertado un fuerte repudio, según informó el portal Multimedios.
A pesar de este nuevo golpe, el padre Aguiar pidió serenidad y reafirmó su compromiso con la comunidad parroquial: aseguró que se mantendrán las celebraciones previstas, entre ellas las confirmaciones y la tradicional fiesta patronal. “Queremos llevar tranquilidad -expresó-, seguiremos adelante con fe y esperanza”.
El hecho vuelve a poner sobre la mesa una inquietud que trasciende lo religioso: la pérdida de respeto por los espacios de valor espiritual y cultural, y la urgencia de recuperar el sentido de pertenencia y cuidado por lo común.












