Jueves 25 de abril de 2024
22 APR 2019 - 20:17 | Deportes

Capítulo en Pinamar: cómo operan las apuestas ilegales en el tenis

Juan Riquelme, organizador de los torneos M15 en la ciudad balnearia, revela en una investigación de La Nación el accionar de la mafia y explica cómo combatirla.

Las canchas del Tennis Ranch de Pinamar donde se jugaron, entre marzo y abril, tres ITF World Tennis Tour.

Las organizaciones de apuestas y arreglos de partidos en el tenis están entrelazadas como raíces en distintos niveles de la rueda. Los ITF World Tennis Tour y los Challengers, es decir la tercera y segunda categoría profesional, son los torneos en los que los jugadores están más desprotegidos y expuestos a sufrir el accionar de estas redes oscuras, cuenta el periodista Sebastián Torok en una nota publicada en el diario La Nación. Es así que entre marzo y abril de este año se realizaron, en Pinamar, tres certámenes M15 (con premios de US$ 15.000 y jugadores de ranking bajo y que recién dan sus primeros pasos en el tour) y la organización de los mismos debió lidiar con cinco "apostadores", todos extranjeros: un chileno, un italiano, un ucraniano y una pareja de eslovenos.

"Acompañando a mi hijo, Agustín, que juega Futures, yo ya había visto cómo se manejaban estos personajes", dice Juan Riquelme, que en diciembre pasado se presentó ante la prensa, con la garantía y promoción de la Asociación Argentina de Tenis, como uno de los organizadores de 21 torneos masculinos del circuito ITF World Tennis Tour. 

"Estas personas son muy hábiles, están atentos a los detalles para acercarse a los jugadores; escuchan si les falta dinero para un tratamiento médico o para un viaje. Tratan de cooptarlos, de ofrecerles dinero o de hacer algo para que los chicos queden en falta y terminen trabajando para ellos", le detalló Riquelme a Torok, quien asegura que los apostadores despachan información 'al exterior', beneficiados por el delay o la demora de unos diez segundos entre lo que sucede en vivo y lo que se emite por Internet (es una eternidad en el procedimiento de la apuesta).

Advertidos por lo que podía suceder en la ciudad balnearia, organizadores, supervisores de ITF y árbitros tuvieron distintas charlas de trabajo para tratar de "preservar" a los jugadores. Durante la competencia, todos ellos, más el personal del apart estuvieron conectados mediante 12 handies y se propusieron acompañar a los jugadores a cada sector del predio.

¿Qué sucedió en el Tennis Ranch Pinamar, escenario de los torneos? Riquelme se lo describió a Torok: "Un día, durante el primer torneo [18 al 24/3], vimos a una persona que no conocíamos, que pululaba por las canchas con celular, a veces intentando camuflarse entre los árboles. [...] Lo fui a buscar, me presenté y me dijo que era español, pero cuando escaneamos el documento nos encontramos con que era italiano; estaba alojado con un chileno. Cuando le empiezo a explicar cómo era el procedimiento en los torneos de ITF, me corta diciéndome: 'Sí, ya sé de qué se trata'. Se vendió solo. [...] Al otro día los vemos, al italiano y al chileno, afuera del predio con binoculares. Nos enojamos mucho y junto con el jefe de mantenimiento salimos a echarlos. La discusión tomó mucha temperatura, hasta que apareció un patrullero y estos personajes dijeron que los estábamos amenazando. La policía, que no entendía bien lo que sucedía porque nunca habían visto un caso así, me invitó a la comisaría para contar el hecho. Y eso hice: me pasé dos horas, hablé con el fiscal y dije que si realmente no hacíamos algo de entrada a medida que pasaran los torneos se nos iban a llenar de apostadores".

Ante La Nación, el organizador de los M15 dijo que recibió escaso interés por parte de la ITF al comunicar lo que había sucedido en Pinamar: "Lo triste es que mandamos informes a ITF y las respuestas fueron 'Ok', 'Ah bueno', 'Cuidate'. Tienen que cuidar el negocio de las apuestas legales, porque hoy por hoy son los principales sponsors y esto les quita mercado, es la realidad. Pero me han contado experiencias de chicos que estaban jugando en Europa y que los amenazaban desde afuera de la cancha. Ni hablar de las amenazas por redes sociales. En definitiva, no sabés si hay un loco que te está esperando en la puerta del club para agredirte".