Viernes 29 de marzo de 2024
26 AUG 2019 - 10:21 | Culturas

A los 99 años, murió el actor Max Berliner

Llegó de Polonia en 1922 y ejerció como actor, director, autor, docente y empresario teatral. Por qué fue un “boom” en las redes sociales.

Max decía que la clave de su vitalidad estaba en desayunar todos los días con "magnesio granulado". (Foto: La Nación)

Su hijo Daniel anunció el fallecimiento de quien naciera con el nombre de Mordcha el 23 de octubre de 1919 en Varsovia, y llegó al país cuando tenía 2 años. "¡Hoy solo Música para recordarlo! Ejemplo de vida, así lo recordamos. ¡Max viejo querido mío! ¡Y un día nos dejaste!", escribió desde su cuenta de Facebook.

En 1924, por insistencia de su padre, debutó en teatro y no paró más. "A mi papá le gustaba mucho el arte. Con mi mamá, me hicieron estudiar piano, violín y declamación. Soñaban que fuera artista. Pero yo, como músico era un desastre, así que me dediqué al teatro”, contó Berliner.

Max participó en más de 45 películas. Entre ellas, Los gauchos judíos, Y mañana serán hombres, La Patagonia rebelde, Plata dulce, Las barras bravas, El muerto, Plata dulce En retirada, Los tigres de la memoria, La cruz invertida, El lado oscuro del corazón, Yepeto  y El último traje, que filmó a los 96 años.

En televisión formó parte de los elencos de El pulpo negro, Amigos son los amigos, Chiquititas, Tumberos, Botineras, Como pan caliente, Disputas, Doble vida, Casados con hijos, Hermanos y detectives, Malparida y Graduados. En teatro, en tanto, participó de Platonov, Fin de partida y Días eternos.

Su vitalidad hizo que en 2010 lo convocaran para filmar el comercial de un antireumático, que lo llevó –a los 90 años– a experimentar un estallido de popularidad: hubo miles de visitas en YouTube para ver el aviso y numerosas repercusiones en Twitter sobre su increíble energía (protagonizó cada una de las actividades físicas de la publicidad), hechos que le valieron ser incluido en la tapa de la revista Gente con los personajes del año.

Además de sus trabajos como actor, dirigió las piezas teatrales Clinton vs Hillary (también fue su autor), El Golem (adaptación) y Liturgias, ejerció por casi 60 años como profesor de teatro y música en idish en la escuela Sholem Aleijem y se convirtió en empresario teatral creando el Teatro Artea, en el que se realizaban obras judías en castellano y piezas argentinas en idish.

En los últimos años recibió el Premio Podestá a la Trayectoria que entrega la Asociación Argentina de Actores, obtuvo el Premio Martín Fierro en 2012 y fue nombrado como Personalidad Destacada de la Cultura de la ciudad de Buenos Aires por la legislatura porteña en diciembre de 2013.