Jueves 28 de marzo de 2024
17 MAY 2022 - 09:07 | Culturas
Historias

Cómo es el documental que retrata la vida del profesor de Educación Física de la cárcel de Dolores

Listo para salir al circuito de festivales, “Agua sucia”, una producción de Guillermo Ruiz y Diego Crespo, sigue la actividad que Beto Barragán realizó con los internos de la Unidad Penal 6.

César “Beto” Barragán junto a Jorge Mario Olguín, campeón mundial de fútbol en 1978 y el Deportista del Bicentenario de Dolores.

Un documental que pronto será puesto en el circuito de festivales refleja la actividad deportiva que los internos de la cárcel de Dolores llevaron adelante bajo la dirección de César “Beto” Barragán, un reconocido profesor de Educación Física de la ciudad.

A días de haber presenciado el preestreno, Barragán relató a ENTRELINEAS.INFO cómo su tarea de años en el penal alcanzó a los oídos de los realizadores Guillermo Ruiz y Diego Crespo, quienes antes de la pandemia estuvieron filmando en el penal de Dolores y ahora lograron ponerle fin a “Agua Sucia”.

La película enfoca también a la vida dentro de la cárcel desde el punto de vista espiritual, no sólo deportivo. Además, de acuerdo con lo anticipado por Barragán, trata de mostrar otro modelo de la vida detrás de los muros.

La inquietud de los realizadores estuvo incitada, en principio, por el fútbol. Es que Barragán había logrado que un equipo de internos jugara en la Liga Dolorense de Fútbol, afiliada a la AFA. “El primer partido fue contra Independiente de Castelli, por lo que el viaje, el salir a la ruta, fue muy impresionante”, contó. “Esto significaba una movida importante en cuestiones de seguridad, porque venía de La Plata la división perros, entre otros”, recordó.

Todo comenzó en 2006, cuando el equipo dolorense participó de un torneo entre las distintas unidades carcelarias cuya final se realizó en el Estadio Único de La Plata. Ese torneo fue el puntapié inicial para que se le propusiera armar un seleccionado de distintas cárceles que jugara un torneo de la AFA, a la que está adherida la Liga Dolorense, en igualdad de condiciones.

Me pusieron un micrófono y me siguieron durante varias jornadas en mi trabajo”, dijo Barragán y eso significó que los cineastas recibieran una sorpresa. Porque la actividad deportiva que Beto propiciaba no estaba sólo orientada al fútbol sino que los presos también practicaban rugby, boxeo, bochas, atletismo, vóley y una versión de básquet adaptada a las dimensiones del patio del penal.

Tres veces por semana, durante fines de 2017 y principios de 2018, la cámara seguía al profesor no sólo en la cárcel, sino también en el Colegio Nacional mientras daba sus otras clases, o en su casa, con su familia.

Esto es una caricia al alma, porque muchas veces los oficiales y suboficiales no te permiten hacer muchas cosas, por temor por la seguridad”, dice y no hay dudas de que la película ha resultado eso para el profesor. “La sociedad no conoce cómo es la cárcel. Hay películas de la cárcel que te muestran cosas que por ahí pueden llegar a pasar, pero las agrandan con morbo; en este caso no es así”, indicó.

Otro eje de la película está en “la actividad de Juan Equisito, un jubilado del Servicio Penitenciario que es  pastor evangélico. Ese apoyo espiritual, religioso, sirve como herramienta tratamental para cambiar mentes y mejorar la calidad de vida”.

Por eso, según explica Barragán, el documental parte de una pregunta retórica: “¿Qué sería de las cárceles de la provincia de Buenos Aires si no existieran los proyectos para la reinserción social a través del deporte y de las tareas religiosas?”.