Viernes 09 de mayo de 2025
13 MAY 2011 - 18:07 | Política

Nos preguntamos dónde está Darío

En octubre se cumple una década de la desaparición de Darío Jerez, en Santa Teresita. Tres exfuncionarios de la gestión Magadán están imputados. Todavía no se conoce la fecha del juicio.


Por Edgardo Vecchio
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La familia de Darío Jerez espera novedades para que se realice el juicio oral a los cinco imputados en la desaparición de este hombre ocurrida el 25 de octubre de 2001 cuando se desempeñaba como repartidor y preventa para la empresa Arcor.

Al momento de desaparecer, Darío tenía 49 años. Se lo vio por última vez en la intersección de la carrera 3 y diagonal 23, en Santa Teresita, Partido de La Costa. Pasaron seis años para que el cuarto de los fiscales de la causa (Diego Escoda, ahora fiscal general del departamento judicial Dolores), acusara formalmente a cinco personas.

Se trata de tres exfuncionarios del gobierno del entonces intendente del Partido de La Costa, Guillermo Magadán: Jorge Alberto Grande, Daniel López y Cristian Ibarra. También están imputados dos miembros de la Financiera Comprar SA, que operaba en la zona: También Carlos Subirol y Alejandro Muñoz.

Julián Jeréz, el hijo mayor de Darío, aseguró que “estamos esperando que la Justicia defina la fecha para el juicio oral. Sinceramente, no tenemos por ahora novedades que esto ocurra a la brevedad. En pocos días estaremos junto a mi madre (Viviana Zubiaurre) y mis otros dos hermanos en la Plata, donde nos entrevistaremos con algunos funcionarios de relevancia, intentando obtener respuestas que nos alienten”, nos dijo.

Del suceso se están por cumplir ya diez años. Desde entonces, cada jueves se realiza una marcha, que pasa por la comisaría local (donde suelen dejar un petitorio) y luego llega a la esquina en la que se supo por última vez de Darío: la 29 y la 3. En esta década ha habido una innumerable cantidad de búsquedas, allanamientos, avances, retrocesos...

¿Dónde está Darío?, es la pregunta que nos hacemos todos. Aguardamos pronto una fecha para el esperado juicio que, por lo que se percibe, nada ni nadie asegura pueda desarrollarse en este año. “A esta altura, lo único que nos va a dar paz es saber qué fue lo que pasó con Darío”, sostiene Viviana, su esposa, casi como un ruego ante un suplicio que merece ser escuchado (y no silenciado).