29 NOV 2015 - 10:33 |
Sociedad
Tres ejemplos de vitalidad... y democracia
Los hermanos Rípodas son de Dolores y tienen 92, 96 y 98 años. El domingo pasado fueron a votar al balotaje. Aquí nos cuentan sus vivencias y nos relatan sus historias.

Por Gabriela Urrutibehety
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Son los protagonistas de la foto del domingo de elecciones. No eran candidatos ni autoridades de mesa ni fiscales. Eran simples –no tan simples– votantes. Tres hermanos de 92, 96 y 98 años, con toda la vitalidad del mundo, se sacaron una foto en la mesa 54 del Colegio Nacional de Dolores, a poco de emitir su voto. Y esa foto saltó a las redes sociales como ejemplo de civismo.
Unos días después de la elección, sorprendidos por la trascendencia, hablan con ENTRELÍNEAS.INFO. Eloísa, Argentino y Nélida Rípodas –a quienes todos en Dolores conocen como la “Piba”, el “Gordo” y la “Tota”– descreen de que lo de ellos sea algo para resaltar: “Siempre votamos”, dicen las mujeres con la convicción de quien está haciendo nada más que lo que hay que hacer. El “Gordo”, sin embargo, hacía tiempo que no lo hacía pero esta vez fue a votar porque un nieto, que está en el sur y no podía venir, le pidió que lo hiciera en su nombre. “Y fui a votar”, señala con lógica contundente.
@bloqueD@Charlar con ellos es una verdadera delicia. Están perfectamente enterados de todo lo que pasa, porque leen los diarios, escuchan radio y un poco de televisión. Eloísa es la que sostiene que todas las noches mira en TN un programa político. Argentino, todas las mañanas, cuando lee el diario ya sabe lo que va a decir porque está prendido a la radio desde las 6: escucha un rato Radio Mitre, otro poco Radio Las Flores, después pasa a la radio de General Conesa y continúa hasta el mediodía con radios dolorenses. Nélida, por su parte, se acuesta con la radio encendida.
Los tres pertenecen a una extendida familia afincada en Dolores desde hace muchísimos años. Se extienden en recuerdos de cuando vivían en el campo, una familia de diez hijos, donde hacían todo tipo de tarea. “Teníamos una maestra que vivía en casa y nos daba clase a nosotros y dos primos”, recuerdan.
En la década de 1940, cuando sus padres construyeron una gran casa en la ciudad –donde hoy funciona la Policía Federal– se vinieron a vivir al pueblo. En realidad, los hombres siguieron en el campo: “Yo estuve en el campo hasta los 84 años, cuando me caí y ya no pude andar a caballo”, recuerda Argentino y agrega que “a los 15 años mi padre me puso de puestero, solo, a cuidar 1500 hectáreas de campo, llenas de vacas y ovejas”.
Después formaron extensas familias: Eloísa tiene cinco nietos y cinco bisnietos, Argentino cinco nietos y seis bisnietos y Nélida tiene once nietos y seis bisnietos, además de sobrinos, sobrinos nietos y sobrinos bisnietos.
Cuando se les pregunta por el secreto de la longevidad, dicen que nada más que trabajar. Y, escuchándolos, sin lugar a dudas, el buen humor.