Martes 16 de abril de 2024
11 NOV 2020 - 13:10 | Sociedad

Día del cornudo: por qué se celebra hoy

La fiesta se celebra en honor a San Martín de Tours, patrono de los que sufrieron una infidelidad.

El 11 de noviembre se festeja el Día del Cornudo.

Increíble, pero real. El 11 de noviembre se festeja el Día del Cornudo. La fiesta tiene su origen en Rocca Canterano, un pueblito de Italia de 200 habitantes, donde cada año se realida la Festa dei Cornuti, es decir, la Fiesta de los Cornudos.

La fiesta tiene como fin homenajear a San Martín de Tours, patrón de todos aquellos a quienes su pareja los engañó alguna vez. Aunque la razón por la que San Martín se asocia a esta categoría en particular aún no está clara.

Las hipótesis son diferentes: algunos piensan que este aniversario se remonta a las muchas ferias de ganado con cuernos, que en la antigüedad se realizaban precisamente en este periodo; según otra hipótesis, los orígenes de la recurrencia se deben atribuir a los doce días de salvajes fiestas paganas que siempre tenían lugar en este período del año, durante el cual los adúlteros eran considerados casi la norma. Otra leyenda, que en realidad parece bastante imaginativa, cuenta que San Martino cargaba a su hermana en hombros para evitar que sus ansiosos conciudadanos la maltrataran, pero todo fue inútil ya que ella misma siempre logró escapar de su hermano.

La teoría que sigue siendo la más fascinante es la que ve los orígenes de esta fiesta ya en la antigua Roma. De hecho, "La Roma desaparecida" de Luigi Zanazzo narra una verdadera crueldad que tuvo lugar la noche anterior al 11 de noviembre, cuando frente a las casas de los que eran juzgados como "feliz cornudo", es decir, quien sabía que lo era, pero lo aceptó pasivamente, se colocaron flores, cintas, cuernos, flores de mortadela y hasta sonetos, poemas rimados que se burlaban de los pobres desgraciados. Estos símbolos, en general, fueron entregados con crueldad por un amigo, que en realidad no era tan amigo, y que no reveló su identidad a la persona de la que se burlaba.

El pobre cornudo de turno se convirtió así en el hazmerreír de toda Roma, pero si se enteraba de quién le había gastado la broma mala, sucedía que, en el peor y más extendido caso, la broma se volvería letal, especialmente para quienes la habían tramado.