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16 MAR 2021 - 12:39 | Sociedad

Los seis suplementos que recomiendan los científicos para una vida más saludable

Muchos se pusieron de moda en el último tiempo, y seguro más de uno los consume sin conocer a ciencia cierta sus beneficios. Expertos en nutrición explicaron cuáles son los más utilizados y por qué.

La cúrcuma proviene de una planta asiática similar al jengibre y desde hace mucho se la usa con fines medicinales.

De un tiempo a esta parte, el mundo de los suplementos nutricionales cobró gran importancia y muchas personas se volcaron a su consumo. Es que lo que en realidad adquirió relevancia son los beneficios que una alimentación sana y equilibrada tiene en la salud y la longevidad.

Sin embargo, la paradoja está en que, pese a que se conocen los dones de una dieta rica y variada en nutrientes, el ritmo de vida actual muchas veces deja poco tiempo para ocuparse de una tarea tan vital como cocinar sano. De allí que muchas veces la alimentación termina no siendo completa y el cuerpo lo siente.

Desde hace ya varios años, algunas empresas y laboratorios observaron esta problemática y comenzaron a producir suplementos dietarios como una respuesta rápida y, según ellos y las autoridades sanitarias, efectivas, para brindar una solución a esta ausencia de determinados componentes nutricionales que el cuerpo necesita.

Estos suplementos son hoy una industria multimillonaria. Pero, a diferencia de las compañías farmacéuticas, los fabricantes de estos productos no tienen que demostrar que sus productos son efectivos, sólo que son seguros.

Así es que para conocer más en detalle este complejo mundo de aportantes alimentarios que vienen en pequeñas pastillas diarias, Infobae consultó a expertos en nutrición que explicaron cuáles son los más utilizados y por qué.

1- Cúrcuma

La cúrcuma es un ingrediente más familiar en la cocina del sur de Asia. Agrega una calidez y fragancia terrosas a los platos al curry, pero, en los últimos años, también atrajo la atención por sus posibles beneficios para la salud.

La cúrcuma se usa como un remedio tradicional en muchas partes de Asia para reducir la inflamación y ayudar a curar las heridas. Ahora, la creciente evidencia sugiere que también puede ayudar a proteger contra una variedad de enfermedades, como la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares, la demencia y algunos cánceres. Un reciente estudio publicado en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias revela que la cúrcuma sirve para eliminar ciertas células cancerosas. Aunque los estudios sobre la función de la cúrcuma en el tratamiento del cáncer todavía continúan, esta especia podría aportar otros beneficios para la salud.

La cúrcuma proviene de una planta asiática similar al jengibre y desde hace mucho se la usa con fines medicinales. “Tiene compuestos antiinflamatorios naturales llamados curcuminoides, a los cuales se les han atribuido efectos positivos sobre varias enfermedades”, explicó a Infobae Anya Guy, licenciada en Nutrición de la Clínica Mayo de Estados Unidos. Entre esas enfermedades están la diabetes tipo 2, la obesidad, la enfermedad inflamatoria del intestino y el cáncer.

2- Vitamina D

La vitamina D juega un papel crucial en el sistema inmunológico –de defensa del organismo– y puede combatir la inflamación. Y esta propiedad se volvió de suma importancia en la lucha del cuerpo contra el coronavirus. A partir de años de investigar este compuesto, se sabe que la falta de vitamina D afecta tanto al sistema inmune innato como al adaptativo e incorporarla puede tener un papel en la protección contra las infecciones respiratorias. Pequeños estudios anteriores han sugerido una relación entre la deficiencia de vitamina D y el riesgo de infecciones y mortalidad por COVID-19, pero los estudios se basaron principalmente en tendencias geográficas en el estado de vitamina D y las tasas de infección por COVID-19 en lugar de pacientes individuales.

Una nueva investigación determinó que obtener vitamina D está relacionado con un menor riesgo de sufrir infecciones graves por coronavirus y padecer síntomas graves como confusión, pérdida del conocimiento, dificultad para respirar y muerte. Las personas que incorporan suficiente vitamina D tienen un riesgo 52% menor de morir de COVID-19 que aquellos que tienen deficiencia de la ‘vitamina del sol’, revelaron. Se trata de un estudio llevado adelante por la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston de los Estados Unidos, en donde los científicos se preguntaron qué hace que una persona sea más propensa a contraer COVID-19.

La mayor parte de la vitamina D se obtiene de la luz solar. Cuando los rayos ultravioletas (UV) tocan la piel, especialmente a mediodía, se inicia la producción de vitamina D. En general, los adultos deben consumir 600 unidades internacionales de vitamina D a diario. Eso aumenta a 800 unidades internacionales diarias en las personas mayores de 70 años.

3- Probióticos

Si bien se tiene incorporada una connotación negativa respecto de los microorganismos con los que se convive, resulta difícil reconocerles el papel que algunos de ellos cumplen en el organismo.

Desde hace un tiempo ya se conoce que una microbiota sana y robusta es sinónimo de salud y bienestar, y los probióticos sin duda son aliados porque ofrecen múltiples beneficios. Es algo que se viene investigando y estudiando hace muchos años, explicó a Infobae la médica Victoria Cavoti (UBA M.N. 111677), patóloga con formación perinatal de una maternidad pública y dos sanatorios de alta complejidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las bacterias intestinales producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que tienen acción antiinflamatoria local, general y moduladora del sistema inmune, además de ser este ácido graso el combustible para renovar continuamente el epitelio intestinal. Una microbiota robusta y diversa brinda equilibrio a los sistemas digestivos, endocrinos, vasculares y metabólicos.

Si bien se necesitan más investigaciones, hay pruebas de que los probióticos pueden ayudar a lo siguiente:

-Tratar la diarrea, especialmente después de tomar ciertos antibióticos

-Tratar el síndrome del intestino irritable

-Acelerar el tratamiento de determinadas infecciones intestinales

-Prevenir los resfriados y la gripe o reducir su gravedad

-Aliviar los trastornos alérgicos, como el eccema y la rinitis alérgica (fiebre del heno).

Se está estudiando la eficacia y la seguridad de los probióticos y los prebióticos en otras enfermedades, como la diabetes, el cáncer y la enfermedad cardíaca.

4- Prebióticos

Los prebióticos son carbohidratos no digeribles que actúan como alimento para los probióticos. Cuando los probióticos y los prebióticos se combinan, interactúan de manera beneficiosa. Los productos lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir (yogur búlgaro), se consideran simbióticos, porque contienen bacterias vivas y el combustible que necesitan para desarrollarse.

Los prebióticos se encuentran en los cereales integrales, las bananas, las cebollas, el ajo, la soja y las alcachofas. Además, los probióticos y los prebióticos se agregan a algunos alimentos y están disponibles como suplementos dietéticos.

La evidencia científica muestra efectos positivos sobre funciones como la regulación de la microflora y resistencia a infecciones agudas, tránsito intestinal, absorción de minerales (calcio y magnesio), y metabolismo de glúcidos y lípidos, etc.

5- Omega 3

En las últimas décadas se descubrió cómo el sistema inmunológico y los procesos inflamatorios crónicos repercuten directamente en una amplia variedad de problemas de salud mental y física. Actualmente, más del 50% de todas las muertes son atribuibles a enfermedades inflamatorias, entre las que se incluyen accidentes cerebrovasculares, diabetes, cardiopatía isquémica y diversos tipos de cáncer, entre otros.

Si bien la inflamación es parte del mecanismo de defensa de nuestro organismo, cuando se mantiene más de lo necesario o se vuelve crónica puede perjudicar al tejido, generando un daño mayor. Por otro lado, la composición de la alimentación, entre otros factores, puede potenciar esto; fundamentalmente aquella compuesta por baja cantidad de frutas, verduras, legumbres, sumada a la alta ingesta de alcohol, cereales refinados, tabaco y alimentos ultraprocesados.

Estos factores dietéticos pueden alterar la composición y función de la microbiota intestinal y están relacionados con una mayor permeabilidad intestinal y cambios epigenéticos en el sistema inmunológico que finalmente causan endotoxemia de bajo grado e inflamación crónica sistémica. Por su parte, la deficiencia de nutrientes como el zinc, magnesio y fundamentalmente omega 3, también tiene una gran injerencia en la problemática inflamatoria.

6- Nada mejor que la comida de verdad

Tim Spector es profesor de epidemiología genética del King’s College London y si bien solía tomar suplementos, hace seis años cambió de opinión. “En muchos casos, existe alguna evidencia experimental de que estos productos químicos en los suplementos actúan de forma natural en el cuerpo o como alimentos, pero no hay una buena evidencia de que cuando se administran en forma concentrada como tabletas tengan algún beneficio –señaló–. La evidencia reciente muestra que las dosis altas de algunos suplementos pueden incluso ser dañinas, como el calcio y la vitamina D, por ejemplo”.

En lugar de tomar productos sintéticos costosos, para él, deberían obtenerse todos los nutrientes, microbios y vitaminas que el cuerpo necesita comiendo una variedad de alimentos reales, como la evolución y la naturaleza pretendían.

Por “alimentos reales” los especialistas suelen referirse a todo lo que no es procesado: carnes –rojas y blancas–, huevos, frutas, verduras, legumbres, frutas secas, cereales, todo tal como lo presenta la naturaleza.