Jueves 12 de diciembre de 2024
27 NOV 2024 - 15:29 | Sociedad
Espacio Público

Pinamar: comenzó la demolición del último balneario de hormigón que quedaba

Se trata de Cabo Blanco, cuyo desmantelamiento se completará antes de la segunda quincena de diciembre. En casi 9 años se demolieron las 46 construcciones de este tipo que había en el distrito.

El operativo de demolición que estaba autorizado por la Justicia hace ya algún tiempo pero se demoró por los altos costos que implica la obra.

Las topadoras y retroexcavadoras ya trabajan en el edificio de lo que fue la unidad de servicios del balneario Cabo Blanco, en el norte del histórico frente de costa de Pinamar. Según Martín Yeza, actual diputado nacional y ex intendente pinamarense del Pro, se trata de la 46ª y última demolición que se encaró hace casi 9 años en el frente costero.  

Era el último que quedaba en pie de las construcciones originales. Una batalla legal de su concesionario le garantizó una sobrevida mayor a la de otras 45 unidades fiscales que también se redujeron a escombros. El operativo de demolición que estaba autorizado por la Justicia hace ya algún tiempo pero se demoró por los altos costos que implica la obra.

Este trabajo se completará, se estima, antes de la segunda quincena de diciembre. Implica derribar este inmueble que abarcaba casi 2000 m², con un edificio a la vista de unos 600 m² y otros 400 m² subterráneos en los que, mientras funcionó, se guardaban automóviles vehículos náuticos. 

Los otros 45 balnearios se demolieron, se achicaron y se reconstruyeron de manera sustentable”, explicó Juan Ibarguren, el actual jefe comunal, a La Nación. “El destino de lo que fue un balneario ahora es playa pública, más espacio para que pueda estar disponible para los vecinos y los turistas”, agregó el secretario de Turismo de Pinamar, Lucas Ventoso.

Este proceso de reconversión comenzó contó en gran medida con el acompañamiento de los operadores privados de estos paradores. Salvo excepciones, como el Pinamar Golf, el anteúltimo que se demolió. El municipio recién lo pudo tirar abajo en mayo de 2022, al cabo de otra batalla judicial que mantenía con el concesionario y que se había extendido durante más de una década.

Había 46 balnearios de hormigón que tenían más de 60 años, habían erosionado la costa, destruido los médanos y causaban una impresión de desidia en un sector estratégico de la ciudad. La renovación implicó la demolición de 60.000 m2 de hormigón, la recuperación de 1.300 metros lineales de playa pública (antes solo había 200 metros lineales), la recuperación del médano costero y su vegetación, la protección del acuífero de agua dulce, y nueva infraestructura que permitió tener actividad turística todo el año”, indicó Yeza en sus redes sociales.

De acuerdo a normativa vigente, el partido de Pinamar no licita más unidades fiscales para el funcionamiento de balnearios. Las unidades de servicios se montan con materiales acordes al cuidado ambiental que se prevé para el frente costero, que en su mayoría se trata de diferentes tipos de maderas. Y la superficie máxima de esas estructuras no puede superar los 350 metros cuadrados.