El Juzgado Federal N° 2 de San Isidro, a cargo de Sandra Arroyo Salgado, ordenó el allanamiento de un coto de caza ubicado en los Montes de Tordillo, partido de Dolores, por violación a la Ley 22.421 de conservación de fauna, que condena la "depredación de la fauna silvestre mediante uso de medios prohibidos".
El procedimiento, llevado adelante por la división Delitos Ambientales de la Policía Federal con el apoyo de la división Armas y Agencias de la misma fuerza, incluyó otros dos allanamientos en otros cotos de caza propiedad de Jorge Néstor Noya, conocido en el ambiente por organizar excursiones de las que participan habitualmente clientes del país e incluso de extranjero.
La policía incautó más de cien piezas de animales entre todos los puntos allanados. En el campo de Dolores, ubicado sobre lo que se conoce como la “calle corta” se encontraron dos cuernos de elefante de casi un metro y medio cada uno, junto a un gran ciervo en taxidermia así como varios pequeños ciervos, sus crías, en una suerte de diorama. También hallaron en este lugar cráneos con cuernos de springbok sudafricano, oryx e impala, una piel de cebra, incluso taxidermias de pata de elefante e, incluso, de ciervo de los pantanos, una especie en peligro de extinción.
También se hallaron alrededor de 3.700 cartuchos de escopeta para animales, cantidad que sobrepasa lo permitido por la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) por lo que se procedió a secuestrar el excedente.
El lugar allanado, se informó, cuenta con habilitación pero carecía de la documentación correspondiente de los productos de taxidermia. La Ley N.º 22421 de Conservación de la fauna silvestre pena la caza furtiva y busca detener el tráfico de fauna.
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Noya publicita sus servicios a través de la página web Caza y Safari. Se presenta como “el más experimentado” y sostiene acreditar 40 años en el negocio de la caza. Presenta a la Argentina como el mejor lugar para la caza de aves y otros animales. De Dolores, se promociona la temporada del ciervo colorado, una especie “introducida por Pedro Luro en 1904 y 1906”, ciervos axis y ciervos negros.
La causa se inició a raíz de una denuncia de la Dirección de Fauna Silvestre y Conservación de la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, tras una investigación que tomó cerca de un año de trabajo con reconocimientos, vigilancias y drones enviados a los cotos.