Según de seis una reciente investigación de científicos estadounidenses, de cada diez alumnos necesitarían empezar al menos media hora más tarde la escuela para rendir mejor. El “paper” fue publicado en la revista Nature por los biólogos Benjamin Smarr, de la Universidad de California, y Aaron Schirmer, de la de Northeastern Illinois.
Según ellos los desajustes entre el ritmo biológico de los estudiantes y su entorno impacta negativamente en los aprendizajes. La noticia fue publicada en el diario Clarín y rápidamente tomó estado viral. Por caso, docentes de Dolores tomaron partido respecto a la información y expusieron su punto de vista en las redes sociales.
Todos coinciden en que los chicos no rinden como se espera, aunque no acordaron en las causas.
¿Los chicos tienen que ingresar más tarde a la escuela para tener mejor ren- dimiento o se trata de modificar hábitos por fuera de lo escolar?
En diálogo con ENTRELINEAS, las docentes de Prácticas del Lenguaje y Literatura Laura Rigamonti y Lourdes Briand, y la licenciada en Psicopedagogía Agustina Moreni Nimer dieron su explicación sobre lo que pasa dentro y fuera del aula.
Para Briand, que trabajó en el nivel secundario, adultos y terciario de distintas escuelas de Dolores y con alumnos de entre 12 y 18 años en el nivel
secundario, y de hasta 50 años en el nivel superior, “la idea de retrasar una hora escolar resulta atractiva porque no muchas veces los alumnos asisten a clase a esa primera hora y cuando lo hacen, en el ciclo superior, llegan en estados deplorables producto de sus salidas nocturnas. No es fácil ni mucho menos agradable tratar con alumnos borrachos, porque más allá de nuestra incomodidad y responsabilidad, no son un buen ejemplo para sus compañeros”.
La docente explica esto y pide “no ser ilusos” y asegura: “Si los chicos faltan a las 7.30, también lo harán a las 8.40. ¿Por qué? Porque ahora esa es la primer hora. En este sentido creo que el rol de la fa- milia es muy importante y debe haber un sólido acompañamiento, sobre todo por- que desde la casa se pautan los valores y la educación; desde la institución escuela sólo nos dedicamos a formarlos, somos una extensión de la familia y estamos frente a un alumnado poco motivado”.
Rigamonti, en cambio, no está de acuerdo con la propuesta. Ella trabajó en secundaria básica y superior. “Ya se retrasó una hora hace unos años y tampoco dio resultado, porque aquí el problema es otro y tiene que ver con los hábitos que los chicos tienen. Pienso que solo se les enseña la liviandad, no tienen que esforzarse ni ser responsables... Eso es lo que se ve en general en las aulas: poco compromiso. Todo tiene que ser fácil y rápido y así no se les enseña nada”.
Para ambas docentes a los chicos les cuesta levantarse temprano porque se acuestan tarde y sobre eso habla Moreni Nimer: “Que los alumnos entren más temprano o más tarde no tiene incidencia. Antes de las 7.00 no se ingresa, el rendimiento no tiene que ver con eso sino con qué pasa en el período previo al ingreso. Un chico necesita ocho horas de sueño, entonces lo que hay que cambiar son los hábitos en el orden familiar. Lo ideal para que tengan buen rendimiento es que se acuesten a un horario pruden- cial después de haber cenado, que cuan- do se levanten tengan un tiempo para despabilarse y desayunar. No sirve que un chico entre más tarde si va a ir con el estómago vacío. Es necesario que tenga las necesidades básicas cubiertas”.