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28 SEP 2017 - 09:10 | Sociedad

Todo está guardado en la memoria: un proyecto de la Escuela N° 1 de General Lavalle que hace historia

Una iniciativa de los alumnos y profesores para que el cementerio lavallense sea distinguido como Sitio de la Memoria. Aquí iban los cuerpos de los vuelos de la muerte. Detalles.

Memoria, Verdad y Justicia. Un tridente de palabras más presentes que nunca en General Lavalle, donde a través de una iniciativa de alumnos de la Escuela de Educación Media Nº 1 “Manuel Belgrano”, se presentó un proyecto para declarar al cementerio de General Lavalle como Sitio de la Memoria.


Hoy jueves, desde las 18.00, se presentará a la comunidad en el Polideportivo “Eva Perón”, ubicado en intendente Dumm y 25 de Mayo. Se esperaba la presencia de los alumnos, directivos, vecinos y la participación del profesor Maximiliano De Luca, quien acompañó a los alumnos todo el camino para lograr este tan ansiado reconocimiento enmarcado en la Ley 26.691 de Sitios de Memoria.


Para contar con el aval oficial se esperaba la presentación en General Lavalle del director Nacional de Sitios de Memoria, Ariel Gomplewicz, dependiente del Archivo Nacional de la Memoria de la secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, quien se reunió con el intendente José Rodríguez Ponte, para delinear los últimos detalles para que se convierta en un Sitio Histórico de La Memoria.


UN PEDAZO DE HISTORIA


En agosto de 2005, a partir de una investigación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de una de las monjas francesas desaparecidas en 1977, Léonnie Duquet junto a los de Ángela Aguad, Azucena Villaflor de De Vicenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco, las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, engañadas por Alfredo Astiz, el ex marino que se infiltró con el nombre falso de Gustavo Niño y se hizo pasar por un hermano de desaparecido.


Las mujeres se reunían en la iglesia de la Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal para coordinar la búsqueda de familiares y amigos de desaparecidos. Duquet estuvo desde diciembre de 1977 enterrada como NN “probable masculino” en el cementerio de General Lavalle y su cuerpo había sido hallado en la costa atlántica, el 20 de diciembre de 1977. Había sido víctima de “los vuelos de la muerte”, que ejecutó la última dictadura cívico militar para arrojar vivas al mar a personas detenidas en los Centros Clandestinos.


Al día de hoy aún resta saber qué fue de la suerte de Alice Domon, compañera de Duquet, quien continúa desaparecida. Los cuerpos aparecían maniatados de manos y pies y con bolsas de arpillera en la cabeza y con visibles golpes de torturas y vejaciones en las costas de las localidades del hoy Partido de La Costa, cuando aún no se había creado el entonces Municipio Urbano de La Costa, con un decreto del 1 de julio de 1978 del gobernador de facto Ibérico Manuel Saint Jean. La marea devolvía los cuerpos a las playas, principalmente de la zona centro como Las Toninas, Mar del Tuyú y Santa Teresita, y de allí eran llevados, según declaraciones de testigos que quedaron selladas en el Nunca Más, al cementerio de General Lavalle en camiones municipales, donde participaron empleados y también bomberos de la región.


En abril de este año, una escuela de Pavón (Partido de General Lavalle), recibió el nombre de la monja francesa Duquet, en un reconocimiento a la hermana que buscaba colaborar con los familiares de los desaparecidos y fue secuestrada, torturada y arrojada viva al mar. Del acto de imposición del nombre al establecimiento educativo participó el embajador de Francia en Argentina, Pierre Henri Guignard, quien sostuvo que Duquet “ha hecho el sacrificio de su vida en Argentina, país que ella amaba tanto como su tierra natal”. Todo está guardado en La Memoria.

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