Viernes 26 de julio de 2024
27 MAY 2024 - 16:53 | Sociedad
EL DRAMA DE LA LUDOPATÍA

El testimonio de una persona que llegó a perder todo por el juego y pudo salir

“Es una enfermedad que te consume y te deja sin nada”. Miguel llegó a jugarse todo el sueldo, a tener que pedir créditos y vender cosas como consecuencia de su adicción al juego. Su testimonio.

“Volvía del trabajo y me encerraba en el cuarto para que no me vieran jugar”, nos confesó Miguel.

Ludopatía es una compulsión irrefrenable al juego, pero Miguel la define como “una enfermedad que te consume, que te deja sin nada”. Su historia es la de muchos pero prefiere dar su testimonio para concientizar sobre el tema.

Empezó jugando al póker con amigos, una vez por semana. Jugaban fuerte, aunque sentía que todo se podía contralar. Sin embargo luego dio el salto al póker on line y ahí comenzó su calvario: “Jugaba todos los días, a cualquier hora y comencé a darme cuenta de que no tenía un control”.

Pese a tener un buen trabajo estable, “empecé a sacar créditos para pagar deudas, empecé a vender cosas y ahí me empecé a dar cuenta de que ya tenía una adicción”. Por el juego hizo cosas impensadas, como vencer su fobia a manejar en autopista y “me fui al casino de Buenos Aires, solo, a jugar al póker”. “Volvía del trabajo y me encerraba en el cuarto para que no me vieran jugar”, explica ENTRELINEAS.info.

En algún momento tomó conciencia de que esto era una adicción. Cuando nació su hijo se dijo que iba a salir, pero no pudo. Pero el quiebre fue cuando su familia se enteró y allí empezó a buscar ayuda.

En el Centro de Prevención de las Adicciones de Dolores recibió tratamiento profesional, pero él insiste en que “fue todo lo que me sacó: la terapia, la familia, los amigos y un poco de voluntad porque quería salir y no podía”.

El mundo que rodea a los jugadores compulsivos es perverso. Porque las facilidades para apostar son muchas. Como nos relata Miguel, “venía de semanas sin jugar, pero tenés muchos que venden fichas, te las ofrecen como un vaso de agua. Le dije que sí a un conocido, hice mucha plata en ese momento pero pronto perdí el doble de lo que había hecho”.

“Si no tenés plata, viene el que vende y te dice yo te fío y después te la reclaman, te hacen firmar pagarés y te ejecutan”, relata. “Lo peor es la vergüenza, no querés que te vean los demás. Pero el juego te llama y si lo tenés al lado como es el on line es peor”.

El tema de las apuestas a través del teléfono es una gran preocupación. “Vas al lugar de trabajo y hay uno jugando; te juntás con amigos y hay uno jugando y, si no están jugando, te venden fichas para jugar, y viven de eso. Lo que quiere decir que hay muchos consumidores”, resume.

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