Miércoles 09 de julio de 2025
09 JUL 2025 - 09:41 | Sociedad

9 de Julio: lo que no te contaron sobre el Día de la Independencia

Fue un martes soleado en Tucumán cuando se declaró lo que muchos venían esperando desde 1810. La historia detrás del 9 de Julio de 1816 incluye intrigas, presiones externas, debates sobre monarquía y un protagonista inesperado: el miedo a que España volviera con todo.

Es una de las fechas patrias más importantes del país.

El 9 de julio es mucho más que un feriado. Ese día de 1816, las Provincias Unidas del Río de la Plata rompieron oficialmente sus lazos con la monarquía española y con cualquier otro poder extranjero. Fue el resultado de años de tensión, incertidumbre y luchas internas que comenzaron con la Revolución de Mayo de 1810.

¿Por qué tardamos seis años en declarar la Independencia?

Tras la formación del ​Primer Gobierno Patrio, el gran debate fue cuándo y cómo declarar la independencia. La Junta Grande no lograba consenso y las provincias no estaban alineadas políticamente. Algunas querían una monarquía moderada, otras soñaban con una república. Y mientras tanto, la amenaza del retorno español crecía.

El contexto que lo cambió todo

Para 1816, el rey Fernando VII había recuperado el trono en España y empezaba a enviar tropas para reconquistar América. Al mismo tiempo, el plan continental de San Martín —que exigía una definición política clara para continuar la guerra— presionaba desde Cuyo.

Fue entonces que Ignacio Álvarez Thomas, en nombre del Director Supremo José Rondeau, convocó a un Congreso General Constituyente en Tucumán.

El Congreso de Tucumán: 33 hombres, una decisión histórica

Cada provincia eligió un diputado por cada 15.000 habitantes. El 24 de marzo comenzaron las sesiones en San Miguel de Tucumán. De los 34 diputados elegidos, 33 dijeron presente. Las discusiones fueron intensas, sobre todo en torno a la forma de gobierno: la mayoría prefería una monarquía constitucional, muy en línea con lo que se estaba haciendo en Europa.

El día que el sol brilló para siempre

Martes 9 de julio de 1816. Según los testimonios, fue un día despejado. A eso de las dos de la tarde, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna, los diputados iniciaron una sesión histórica.

Tras un extenso debate, se firmó el acta que proclamó la independencia de “los Reyes de España, sus sucesores y metrópoli, y de toda otra dominación extranjera”. Las Provincias Unidas del Río de la Plata pasaban a ser, al menos en los papeles, una nación libre y soberana.

Un acto político, pero también estratégico 

La independencia fue una necesidad más que una utopía: sin ella, los patriotas no podían esperar apoyo externo, ni avanzar con la campaña libertadora al Perú. San Martín lo sabía. Belgrano también.

Lo que se declaró aquel 9 de julio no fue solo un deseo, sino una toma de posición frente al mundo.

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