Un policía bonaerense que vive en General Lavalle y trabaja en el Gran Buenos Aires, con un viaje de 250 kilómetros entre su domicilio y su lugar de servicio, realizó un gesto que conmovió en las últimas horas a toda la sociedad.
El oficial Nahuel Suárez le compró un pancho y una gaseosa a un niño de 10 años que había sido echado de un local de McDonalds mientras pedía algo para comer, en el partido de Merlo, al oeste del Gran Buenos Aires.
Según revelaron al blog "Policiales Ahora", Suárez se desempeña en el Comando de Patrullas de Merlo y está en la fuerza desde hace apenas un año y medio. Para recorrer los 500 kilómetros de ida y vuelta desde su hogar hasta Merlo, Suárez viaja ocho horas.
Todo se inició cuando Brian entró al local de comidas rápidas pidiendo algo para comer y como no le respondieron se quedó en el lugar esperando. Y el encargado del local llamó a la Policía denunciando que había un joven ocasionando disturbios en el lugar.
Minutos después llegó el oficial Suárez para atender el caso y después de escuchar el relato del niño, lo llevó a un kiosco cercano y le compró un pancho y una gaseosa. Una persona que siguió el caso desde que el niño ingresó al local lo fotografió y el gesto se viralizó en las redes sociales.
Suárez reveló al blog "Policiales Ahora" que se conmovió con lo que habló con el nene ya que él es padres de dos niñas. En tanto, el encargado del local de comidas rápidas no dio explicaciones al respecto, luego de una actitud que llama la atención porque los comercios de McDonald's suelen entregar comida a chicos que van a pedir comida.