"Llegó un día histórico para Pinamar: empezó la demolición del parador más emblemático de nuestra ciudad para convertirse en un parador sustentable. El próximo verano se van a encontrar con una estructura más linda, moderna y con la misma calidad de servicio. Lo que muchos creyeron que nunca iba a ser posible, hoy está ocurriendo y es el resultado de meses de esfuerzo y trabajo. La playa es nuestro recurso más valioso y vamos a seguir dándolo todo para preservarlo", dijo el intendente de Pinamar, Martín Yeza, al presenciar los primeros momentos de la demolición de CR, el balneario ícono de toda una época pinamarense.
El próximo verano, este lugar estará a tono con el plan de renovación integral del frente marítimo que viene desarrollándose en el Municipio, y comprende nuevas estructuras para los balnearios, sustentables, a tono con la ecología, por lo que habrá más espacio de playa pública.
La sociedad anónima propietaria del famoso club de mar, vinculada al ex intendente Blas Altieri, cumplió con su parte del acuerdo al que había arribado con la municipalidad. Su situación había quedado en manos de la Justicia luego de que el intendente, Martín Yeza, le quitó la concesión el año pasado, debido a que se oponía a llevar adelante los cambios. Para poder explotarlo el último verano sus propietarios debieron negociar: pudieron trabajar la temporada 2017, pero la condición era demolerlo en estos días.
En CR pasó sus veranos gran parte del menemismo. A la sombra de sus carpas veranearon el ex presidente Eduardo Duhalde (que tiene su casa cerca), dirigentes del gobierno de Daniel Scioli, diputados como Eduardo Fellner y Sergio Massa (que pasó allí el último verano) y gremialistas. Pero entre operarios y palas mecánicas, del exclusivo balneario no quedó nada.
Esta es la segunda de tres etapas del plan de remodelación del frente costero, por lo que todavía quedan otros balnearios en pie. Finalmente, todos pasarán por la piqueta. Fueron 22 los renovados el año pasado y este año serán 15. El próximo verano CR estará a tono con las nuevas y modernas estructuras, y de 1.500 metros cuadrados que tuvo pasará a tener 350 metros. “Esta estructura pasará a tener un quinto del tamaño que tuvo, a nosotros esto nos gratifica porque hace a la protección de uno de nuestros principales recursos turísticos, como es la playa”, dijo el intendente Yeza durante la inspección de los avances en la demolición.