La muerte del conocido payador que trascendió las fronteras de Dolores y la región y brilló en los teatros de la Calle Corrientes motivó una emocionante nota que publicó la Comisión de Payadores y que ofrecemos a continuación.
"La milonga de los payadores está de luto. Cada guitarra llora una lágrima musical en cada cuerda, a partir de que se conoció la triste noticia de la partida de Daniel Monrroy. ¿En que peña no cantó? ¿A qué artista no acompañó? ¿Que payador no precisó de sus punteos?...
Aldo Crubellier, una leyenda viva de la payada rioplatense, lo bautizó "La Guitarra Payadora" por ser figura destacada musicalmente en los contrapuntos de los payadores. Desde la Teatros de la Calle Corrientes, hasta pequeños fogones populares de pueblos olvidados por los mapas.
La cuna de Abel Fleury, perdió otro heredero de su guitarra. O quizás siga armando escuadrones de cuerdas en el cielo y ya estará templando junto a Jorge Machiavello y Lucas García, entre otros.
Este año decidimos homenajear en las bodas de plata de la Fiesta Nacional de la Guitarra, a quien adornó toda la historia de la fiesta el canto de los payadores y los artistas populares. Nos parecía justo y merecido eternizar en una placa su paso importante por nuestros escenarios y nuestra vidas.
De la mano de Roberto Parodi, su fiel compañero de tantos caminos ( incluso de caminos accidentados, ya que hasta tuvieron un vuelco vehícular juntos -en la ruta 2 -que salieron ilesos) llegó para quedarse para siempre en La Noche de los Payadores, el Encuentro Nacional de Payadores en el Teatro Unione o Salón Blanco y cuando los Payadores estuvimos en la Rural, entre tantos otros eventos fuera y dentro de la ciudad con nosotros.
Siempre puntual, siempre acorde a la ocasión; de traje para algunos espectáculos y de gaucho para otros. Siempre ensayado, sabía el repertorio de cada artista para acompañarlo como en el disco lo había acompañado quizás otro guitarrista. Se preparaba. Nos decía; "yo no les puedo fallar a ustedes". Y no nos falló. Siempre estuvo predispuesto, como para con todos, desde el principiante hasta el internacional. Acompañaba los alumnos del Taller de Payadores, e incluso les enseñaba punteos en su casa, hasta Orlando Vera Cruz, sin titubear. Así fue el Negro,cariñosamente, como algunos le decían.
Lo despidieron llantos y décimas. Silencios y aplausos contenidos...Cuánto dolor!!! Nuestro pésame a su familia, a sus seres queridos, a sus amigos, a sus colegas. Se calló La Guitarra Payadora, pero se volvió un acorde en la eternidad. Hasta siempre Daniel".