Los casos de abuso sexual son de los que despiertan mayor indignación en la sociedad. Los lectores suelen manifestarse con fiereza en los comentarios de las redes sociales y muchas veces el reclamo más frecuente es “digan quién es” o “no protejan violadores”, en alusión al agresor y con el legítimo argumento de estar prevenidos sobre una eventual repetición de la conducta delictiva de esa persona. Y muchas veces son los usuarios de las redes los que publican fotos, identidades y detalles de los hechos que en los medios se evita mencionar.
¿Cuáles son las recomendaciones de la buena práctica periodística para la cobertura de casos de abuso o trata? UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) aclara en “Tips para una buena cobertura periodística” que “fotografiar o filmar a un niño, niña o adolescente en situación de víctima daña su dignidad y le ocasiona secuelas a futuro”. Lo fundamental, entonces, es la protección de las víctimas para no revictimizarlas.
Ahora, ¿cuál debería ser la actitud de los medios de comunicación con el acusado de la agresión? La mayoría de los delitos sexuales ocurren en la intimidad y si bien puede ser útil mostrar el entorno para contextualizar la nota, como señala UNICEF, “es un recurso que mal usado podría develar la identidad de la víctima a la que se debe proteger”. Por caso, decir que el agresor es el padre y revelar su nombre reportaría, inmediatamente y por tanto, señalar a la víctima, y así exponerla públicamente.
Fernanda Hachmann, jueza de Garantías del Joven del Departamento Judicial Dolores, dialogó con ENTRELINEAS.info para abordar las implicancias del tratamiento de un tema siempre delicado, como son los casos de abuso sexual de menores. “Es muy difícil que la víctima pueda elaborar su trauma para poder contarlo. Ya le cuesta contar, imagínate lo que debe ser que te marquen e, indefectiblemente, eso pasa. Y esto hace que la víctima pueda sentirse revictimizada”, explicó.
Hachmann considera que “no me parece que sume porque la información pasa por otro lado. Se puede tener una muy buena información escrita sin necesidad de mostrar la fotito” del agresor, en el caso de la difusión de noticias relativas a la temática del abuso.
En el mismo sentido, el psicólogo Roberto Battaglia considera que habría que regular la aparición en los medios de fotos extraídas de las redes sociales de víctimas o denunciantes. “Creo que mientras se inicie un proceso o esté el proceso judicial en vías de realización, no sería prudente publicar ni nombres ni fotos”, opinó consultado por ENTRELINEAS.info. Sin embargo, entiende que “cuando la cuestión judicial está cerrada con fallos, condenas y resoluciones, no habría problema si alguien quiere poner el nombre o una imagen”.
La aparición de las redes sociales ha provocado cambios profundos en la comunicación. El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, frente a estas cuestiones, señala que los usuarios deberían “antes de compartir contenido, evaluar si tiene una adecuada perspectiva de derechos en materia de niñez” y recomienda compartir contenido “de manera respetuosa y empática”, algo que, frente a lo que realmente ocurre diariamente suena casi a utopía.
La jueza dolorense Hachmann, al respecto, indica que “supongamos que todo quede sin efecto que haya sido un error ¿qué haces si ya lo escrachaste? La señora que publicó en Facebook ‘este es el violador’, ¿Qué va a hacer? ¿Le va a buscar trabajo? Me parece que hay que tener cuidado con esas cosas”. La protección de la identidad de la víctima y el principio de presunción de inocencia son, entonces, los dos elementos que considera que deberían prevalecer ante estas situaciones.
Otro tema que ambos mencionaron es la posibilidad de confección del Registro Único de Ofensores y Agresores Sexuales. Battaglia indicó que “la realidad es que tampoco en el sistema implementado en Estados Unidos ha tenido efectos positivos en la prevención. Sirve para el seguimiento de los que han tenido delitos de este tipo, pero muchas veces ha generado más problemas al cercenar la posibilidad de recuperación de vida de alguien que cometió o fue acusado de un hecho, que es lo que se ha querido prevenir”.
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