Martes 24 de junio de 2025
24 JUN 2025 - 11:43 | Culturas
Efemérides

San Juan Bautista: por qué el 24 de junio es el único santo al que se celebra el día de su nacimiento

Fue el último profeta antes de la llegada de Cristo, el único santo cuyo natalicio conmemora la Iglesia y quien anunció la venida del Mesías. La historia detrás de esta fecha clave para la tradición cristiana.

La Iglesia Católica ha considerado en el calendario cristiano un día adicional para celebrar a San Juan Bautista, el 29 de agosto, para conmemorar su martirio (Foto: Globovisión).

Cada 24 de junio, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, el único santo cuyo nacimiento se conmemora. Aunque no se conoce con precisión la fecha en que Santa Isabel, su madre, lo dio a luz, la tradición fijó este día como símbolo de su rol clave en la historia de la salvación.

La noche anterior, el 23 de junio, en muchos lugares se celebra la Noche de San Juan, con rituales como saltar hogueras, quemar muñecos o Judas y compartir fogatas, recordando antiguas costumbres que mezclan lo religioso con lo popular.

San Juan es el último profeta antes de la llegada de Cristo y el hombre que, según el Evangelio, “allanó el camino” del Mesías. Así lo explicaba San Agustín de Hipona: “La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja”. Y agregaba: “Juan es como la línea divisoria entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. La ley y los profetas llegaron hasta Juan”.

En la tradición cristiana, los santos suelen ser recordados el día de su muerte, su “nacimiento para la vida eterna”. Pero con Juan el Bautista sucede algo excepcional: su nacimiento ya fue motivo de gracia única, porque fue santificado en el vientre de Isabel durante el encuentro con la Virgen María. Fue, además, el profeta que anunció al Mesías con cercanía inédita, llegando a señalar a Jesús entre la multitud.

La historia de Juan arranca en el Evangelio de Lucas, donde se relata cómo el ángel Gabriel anuncia al sacerdote Zacarías que su esposa, Isabel, considerada estéril, tendría un hijo llamado Juan, destinado a ser el precursor del Salvador. Por dudar de la promesa, Zacarías quedó mudo hasta que se cumplió el anuncio. Juan nacería seis meses antes que Jesús, confirmando su papel en el plan de Dios.

La fecha elegida, el 24 de junio, coincide con el solsticio de verano en el hemisferio norte, el día más largo del año. Así, tras Juan los días empiezan a acortarse, mientras que tras el nacimiento de Jesús (25 de diciembre, solsticio de invierno) los días empiezan a alargarse. Un hermoso símbolo de lo que Juan mismo dijo: “Es necesario que Él crezca y que yo disminuya”.

Desde el siglo IV, la Iglesia fijó estas fechas para reemplazar antiguas fiestas paganas del calendario greco-romano: el Día del Sol y el Día de Diana, dotándolas de un nuevo sentido cristiano, vinculado al plan de la salvación.

Por último, el calendario católico recuerda a San Juan Bautista también el 29 de agosto, día de su martirio. Hoy, sin embargo, la Iglesia y los fieles celebran su natalicio, su misión y su ejemplo: el hombre que preparó el camino para la llegada del Redentor.