Viernes 19 de abril de 2024
01 NOV 2020 - 16:24 | Sociedad

Helados Lazzaro, la heladería del carrito, cumple 66 años

Nació en Dolores, en 1954, de la mano del italiano Juan Lazzaro.

Juan Lazzaro en su carrito, una imagen que quedó grabada en todos los clientes de aquella época.

La tradicional heladería italiana de Dolores festeja hoy un nuevo aniversario y lo celebra con sus clientes en las redes sociales. Fue en el 1954 cuando Juan Lázzaro fundó el comercio. Hoy, es la tercera generación de la familia la que lleva adelante el negocio que tiene su local en la calle Av. Lamadrid.

"¡¡¡¡Hoy estamos de cumple!!!! ¡¡¡66 años desde el comienzo del abuelo!!! Hoy vamos por la tercer generación y tratamos de seguir brindando lo mejor. Aprovechamos este día especial para agradecer a cada uno de nuestros amigos y clientes por seguir confiando en nuestro producto. Sin esa confianza y todos los que pasan a comprar, nosotros no seríamos nada...También hoy es día de recuerdos, así que mandamos un beso grande al cielo para nuestro abuelo Juan, creador de Helados Lazzaro. ¡Gracias a todos! Y los esperamos para que sigan disfrutando el sabor de un rico HELADO  ARTESANAL", escribieron los dueños de la heladería en la cuenta de Facebook. Los saludos no tardaron en llegar y en poco tiempo la publicación y los recuerdos eran virales.

Ahí viene el carrito

Apenas apareció Helados Lazzaro, las ventas las hacía el fundador de la marca en un carrito que recorría la ciudad. Los chicos corrían a elegir sus sabores, el helado era el recreo del día. "Nosotros esperábamos el carrito de helados todas las siestas hace más de 20 años. ¡Qué emoción era verlo!", escribió una vecina dolorense en Facebook.
Ese carro llevaba en el techo una especie de toldo y sombrilla y tenía, también, una campana que Juan hacía sonar en cada barrio para avisar que estaba cerca. Ese sonido causaba revolución en los chicos que, por aquellos años, tenían prohíbido molestar mientras se dormía la siesta. Así lo recordó María Esther Ibáñez Falon en Facebook años atrás: "Nosotros vivíamos cerca de la Escuela N° 5. Mi casa estaba cercada por un alambre tejido. Por aquel entonces teníamos entre 6, 8 y 10 años. Andaba el abuelo Lazzaro con un carrito. No te imaginás cómo salíamos corriendo cuando sentíamos sonar la campanilla de lejos, pero mis padres no nos dejaban salir a la calle, por esa razón no podíamos ver qué tan lejos andaba, o mejor dicho, no veíamos la hora de que pase por mi casa. Apretábamos la cara contra el alambrado tanto, tanto, para poder ver asomar el carrito que nos quedaba marcado el alambre en la cara. Un placer fue saborear, tomar aquellos vasitos de helado del abuelo Lazzaro. Siento el sabor, el gusto. Todavía lo recuerdo en mi boca".
Aunque ya no haya vasitos de cincuenta centavos o cucuruchos por un peso, el sabor de esos helados sigue siendo único para todos sus clientes y eso es lo que hizo que se sostengan en pie hasta hoy y hayan podido sobrevivir tantas crisis.