Sebastián Tamagno es uno de los concejales de la oposición dolorense que este año renueva su banca en el Concejo Deliberante de Dolores. Separado del meckievismo (el FR), busca construir un espacio que se enfoque en lo estrictamente municipal. En principio, propone el modelo de un vecinalismo, aunque no descarta la participación en otros espacios políticos que se planten frente al oficialismo.
En diálogo con el semanario ENTRELÍNEAS, Tamagno insistió en que este año “debe ser tomado, particularmente en Dolores, como un año de ordenamiento de la política, de comienzo de un proceso de construcción de alternativas, despojado de todo tipo de ambiciones en lo personal”.
Unificar la oposición
El panorama de una oposición dispersa, que se refleja en la existencia de varios bloques en el HCD, resulta para Tamagno “un reflejo de la sociedad”, aunque su apuesta es “lograr que la gente identifique que esa fragmentación fue tiempo pasado y que hoy podemos, inclusive desde espacios donde tengamos distintas posiciones ideológicas, tener un marco de unidad”.
-¿Del 1 al 10 en dónde estamos con respecto a la posibilidad de generar ese encuentro?
-Estamos en un 6 o 7. Pensemos qué hizo esta oposición en la última campaña: hubo dos dirigentes que plantearon incluso la posibilidad de que se bajara una lista, para nuclearse. Yo en ese momento dije que eso era un amontonamiento de votos. Y la gente no vota amontonamientos, vota proyectos. Yo apunto a otra cosa: organizar un espacio que aglomere a personas que tienen ganas de trabajar por la ciudad y que elaboremos una propuesta seria y posible.
-¿Eso implica un partido que se presente en las elecciones o sumarse a un partido que ya esté?
-Es muy válida la alternativa política de un partido político que abra las puertas. Siempre que acordemos que lo que está en juego es Dolores, yo no voy a estar defendiendo intereses de Vidal o Massa, digamos.
-¿Un vecinalismo?
-No es fácil, pero perfectamente puede ser. Eso permite generar una plataforma política que, sin tener una identificación ideológica determinada sino una plataforma para construir una alternativa que gobierne la ciudad mejor que lo que la gobierna la actual gestión, prescindiendo de que lo bueno hay que acompañarlo y lo malo, criticarlo. Bienvenido el asfalto, el cordón cuneta, porque el progreso de la ciudad nunca nos va a encontrar en contra. Queremos una ciudad en la que el asfalto no nos lleve a donde nos roben, los chicos no se droguen en las esquinas, donde haya trabajo en serio y no sean todos contratados municipales. Debemos sacarnos la aspiración personal y tener una base sólida.