Miércoles 08 de mayo de 2024
23 AUG 2022 - 16:41 | Sociedad

Confirman la perimetral que impide a Tablado acercarse a menos de 300 km del padre de Carolina Aló: todavía no confirmó su domicilio

Tras el rechazo de la comunidad y la presentación judicial del intendente Cristian Cardozo, desistió de instalarse en San Clemente del Tuyú. Dónde podría radicarse el femicida.

La justicia ratificó que Fabián Tablado debe cumplir la restricción de acercamiento de 300 kilómetros con el padre de Carolina Aló.

La Cámara en lo Civil y Comercial de San Isidro confirmó la perimetral que le prohíbe a Fabián Tablado, el femicida que en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, acercarse a menos de 300 kilómetros del padre de su víctima y ahora debería confirmar otro domicilio dónde instalarse.

Cabe recordar que Tablado había solicitado radicarse en la localidad de San Clemente del Tuyú. Sin embargo, el rápido accionar de los vecinos y vecinas que se movilizaron para oponerse a esta posibilidad; el apoyo del intendente Cristian Cardozo quien se presentó ante la justicia para que rechace la posibilidad de que el femicida se mudara al Partido de La Costa y el acompañamiento que se le dio desde el Municipio a Edgardo Aló dieron sus frutos y Tablado solicitó volver a vivir en la casa de sus padres en Tigre donde hace 26 años cometió aquel crimen.

Con la ratificación de la perimetral de 300 kilómetros, el femicida no podrá volver a Tigre, ni tampoco instalarse en el Partido de La Costa.

Tablado–quien posee una tobillera electrónica que monitorea sus movimientos para controlar la perimetral-, se encuentra actualmente en la ciudad santafesina de Cañada de Gómez, y la Justicia lo intimó a responder si ese será su sitio de residencia permanente o si es sólo provisorio, informó Télam.

El fallo, al que tuvo acceso la agencia de noticias nacional, es de la Sala I del mencionado tribunal, integrada por los jueces Analía Inés Sánchez y Hugo Llobera, y es la respuesta a una apelación que la defensa de Tablado realizó cuando el Juzgado de Familia 5 de Tigre le rechazó la posibilidad de acotar a 500 metros y a solo 30 días el rango y el plazo de la perimetral que tiene con Edgardo Aló, padre de Carolina.

En su apelación, Tablado sostenía que “jamás perturbó, amenazó ni intimidó al denunciante (Aló) y que hace más de 30 años que no posee ningún tipo de vínculo” con él.

Además, decía que la perimetral de 300 kilómetros “viola los derechos humanitarios que contempla la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales, toda vez que se funda en la mera denuncia de Aló que tiene como único objetivo que éste no pueda rehacer su vida”.

Por su parte, Aló, a través de su abogado Ignacio Iúdica, planteó que desde que salió de prisión Tablado “no tuvo intenciones de actuar de buena fe”, y prueba de ello es que fue condenado por dos hechos de “desobediencia” al violar en 2020 las perimetrales que tenía con él y con sus propias hijas mellizas.

Por ello, pidió que se mantenga la perimetral de 300 kilómetros “para preservar el derecho de las víctimas, evitando que tengan que sufrir actos que generen una nueva afectación de su integridad”.

En su resolución, los camaristas recordaron que este caso fue catalogado como de “alto riesgo” y que en este tipo de causas “basta la sospecha del maltrato, ante la evidencia física o psíquica que presente la víctima y la verosimilitud de la denuncia que se formule, para que el juez pueda ordenar medidas que, en su esencia, son verdaderas cautelares”.

“Por lo tanto, en virtud de todo lo expresado entiendo que corresponde confirmar la resolución apelada, con costas al apelante en su condición de vencido”, señaló la jueza Sánchez en su voto, que contó con la adhesión de su colega Llobera.

De esta manera, se mantiene la perimetral de 300 kilómetros y por 12 meses que a principios de este mes la jueza Mónica Urbancic de Baxter, a cargo interinamente del Juzgado de Familia 5 de Tigre, le había impuesto a Tablado en función del domicilio real en San Fernando y el laboral en Tigre de Aló padre.

 

FUERA DE PRISIÓN

Desde su última salida de prisión –en diciembre de 2021 cuando terminó de cumplir un año de cárcel por violar perimetrales-, el femicida se había ido a vivir a la ciudad cordobesa de Bell Ville a la casa de una nueva novia.

Pero el 29 de julio, Tablado fue denunciado en Bell Ville por sus vecinos, cuando escucharon una discusión que tuvo con su ahora expareja, que derivó en el arribo de la Policía al domicilio, la expulsión del denunciado del hogar, una perimetral y su mudanza a un hotel de la ciudad cordobesa, aunque luego la joven no instó ninguna denuncia penal por violencia de género.

Rota su nueva relación, Tablado le informó al juzgado su intención de mudarse a una vivienda de su familia en la ciudad de San Clemente del Tuyú, en el Partido de la Costa, pero se hicieron marchas de repudio y fue declarado “persona no grata” por el Concejo Deliberante y Cardozo presentó su rechazo a la justicia.

De esta forma, nunca llegó a La Costa y se asentó hace unos días en un apart hotel de Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe, desde donde volvió a pedir la posibilidad de vivir en la casa de la calle Albarellos al 300 de Tigre, donde el 27 de mayo de 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló (17), en uno de los casos policiales más resonantes de la historia criminal argentina.

Esta posibilidad también fue rechazada y ahora se espera que el femicida ratifique un domicilio ante la justicia.

 

EL FEMICIDIO

Carolina estaba de novia con Tablado, quien por entonces tenía 20 años, e iban juntos a la nocturna de la Escuela Nº 1 Marcos Sastre de Tigre.

Aquella noche, la pareja dio distintas excusas en el colegio, logró salir antes del horario de salida y fue a la casa de Tablado, donde no estaba su familia.

Luego de una discusión, Tablado persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje- y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.

En 1998, Tablado fue condenado por la justicia de San Isidro a 24 años de prisión por “homicidio simple” y evitó la prisión perpetua, y en 2013, sumó la segunda condena por amenazar a su exmujer -con quien se casó en la cárcel-, y su exsuegra, y se le unificó una pena única de 26 años y seis meses que debía agotarse a fines de 2022.

Por el beneficio de la derogada Ley del “2x1” y los cursos que hizo en prisión como “estímulo educativo”, el cómputo de la condena se le redujo y la pena se le dio por concluida el 28 de febrero de 2020, cuando abandonó la Unidad 21 de Campana y se fue a vivir a la misma casa de Tigre donde cometió el femicidio, tras lo cual violó las perimetrales que tenía con Edgardo Aló y de una impuesta hacia sus hijas mellizas y volvió a ser detenido en una nueva causa por la que tuvo que purgar un año de condena, hasta que el 15 de diciembre del año pasado recuperó su libertad al salir de la Unidad 46 del Complejo Penitenciario San Martín.