No tiene nada de extraordinario, pero en una política donde los gestos son tan afectos como las propias decisiones, la imagen de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, haciendo sus compras como una persona “normal” en un supermercado de la Costa Atlántica llamó la atención y fue el comentario de las redes sociales.
En efecto, más allá de que bien podría Vidal (o quien así lo quiera) ir a comprar a un supermercados, llama la atención la sucesión de hechos similares que se conocieron en esta última semana. La primera dama, Juliana Awada, fue fotografiada en un supermercado chino, la canciller Susana Malcorra a la salida de otro súper y ahora lo de Vidal, un día después de que participe la propia Gobernadora junto al presidente Mauricio Macri y el empresario Alfredo Coto de la inauguración de otra sucursal de la firma argentina. Una firma argentina que, dicho sea de paso, cesó a una docena de trabajadores en la última semana en la sucursal de General Lavalle, aduciendo que la temporada de verano era más bien pobre.
Volviendo a lo de Vidal en el Coto que está frente a Pinamar, varios se preguntaban cómo es que había logrado la Gobernadora ingresar al supermercado con una mochila en su espalda, siendo que este tipo de lugares son tan poco afectos a dejar pasar este tipo de cosas. Además, tampoco está claro quién difundió la foto, la precisión de cuándo fue que se registró... Las fotos fueron tomadas durante el fin de semana largo, según confirmaron fuentes cercanas a Vidal, en el supermercado Coto que se ubica sobre la Ruta 11 entre Villa Gesell y Pinamar.
Voluntariamente o de manera casual, lo cierto es que este tipo de cuestiones ayudan a humanizarla, algo que desde el equipo comunicacional del PRO se busca de manera constante con sus candidatos. Esto se puede saber en el interesante libro llamado Cambiamos, escrito por Hernán Iglesias Illa, uno de los líderes de la comunicación presidencial. Viene bien en tiempos donde la disputa por las paritarias docentes comienza a tomar calor.
Hay un sector de la población de la que parece tan a gusto con este tipo de gestos, que hasta es afecta a “comprar pescado podrido”. Por caso, circuló en las redes sociales que Vidal había visitado disfrazada (¡!) el Hospital de Mar de Ajó y “tras descubrir” las falencias del lugar, les puso “los puntos” a los directivos del lugar... Cuando desde ENTRELÍNEAS.INFO consultamos de esto en el nosocomio, nos negaron la cuestión. Y cuando averiguamos en la propia Casa de Gobierno, nos devolvieron una mueca de incredulidad, como no entendiendo “la broma”... Es que “la verdad deseada” no siempre es la verdad, a secas.