Para el Banco Central tendremos más inflación por delante

El vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, en una conferencia de prensa que se realizó en las últmas horas, confirmó: “Va a llevar mucho tiempo bajar la inflación. Va a demandar mucha disciplina, perseverancia y paciencia”.

En este sentido Alcaldío Doña, en su columna para el Diario Clarín expresó que la afirmación puede ser interpretada como un modo de ponerse a cubierto de un problema que no afloja, pero aún así tiene un par de contraindicaciones: anuncia más ajuste en medio de un ajuste fortísimo y, encima, descuida un flanco crucial para el Gobierno como es el impacto electoral. Quizá no sea para tanto y ocurra que, pese a su densidad, el comentario siga de largo sin que nadie lo explote.

En plan pronósticos cuidados y desde la cumbre de Davos, Nicolás Dujovne calculó para 2018 “una contracción del PBI en torno del 2%”. Lo ayudan las palabras “en torno”, porque los últimos, malos datos oficiales de noviembre ya marcan 2,2% anual negativo y anticipan que la cifra final será un menos dos largo.

Para 2019 el ministro especificó en el Presupuesto nacional que él mismo había determinado: -0,5%. Difícil que acierte un pleno, nuevamente. Estimaciones de consultoras plantean cerca del doble o arriba del doble. Y la del Fondo Monetario, por lo menos coautor con Hacienda del programa de ajuste, señala caída del 1,7%.

Dujovne y Cañonero ya están reconociendo otro año de inflación, esa aquí recurrente mezcla de inflación en las alturas y actividad económica por el piso, lo que implica que el cuarto año de la gestión Macri, al igual que en los anteriores, la economìa es una de sus grandes deudas pendientes.