Por Gabriela Urrutibehety
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Gonzalo Pulti es uno de los dirigentes jóvenes del riñón del intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, de la Coalición Cívica. Fue concejal y actualmente es administrador del Hospital Municipal. Tras anunciar su decisión de trabajar para el PRO, luego de una reunión con Gabriela Michetti, lo entrevistamos para conocer su mirada ante la singular situación.
-¿Por qué esta sorprendente decisión de participar en el PRO?
@bloqueD@-Soy un admirador de la gestión de Mauricio Macri, a la que le encuentro muchas similitudes con la que estamos llevando adelante en Dolores con Camilo Etchevarren. Uno de los grandes desafíos que tuvo Macri con su equipo fue elevar la calidad de vida en todos los barrios, especialmente los de la zona sur, no solo llevando servicios sino también resaltando los rasgos culturales de esa zona. En Dolores, nuestra gestión se encontró con que a pocas cuadras del centro no había servicios y tuvimos que dedicarnos a las necesidades básicas y elementales. Generamos acceso a los barrios con hormigón, se llevó luz, gas, cloacas, iluminación. En nuestra forma de ver, no tiene que haber diferencia entre una persona que vive en los barrios y una que vive en el centro.
-Esa postura es posible de encontrar en cualquier partido político. ¿Entiende su acercamiento al PRO como un giro a la derecha?
-Creo que hace años que en la Argentina se desdibujaron los partidos políticos. Y así y todo, cuando existían los partidos tradicionales, era posible ver en sus filas dirigentes que pertenecían a la derecha o a la izquierda, tanto en el peronismo como en el radicalismo. Dentro del kirchnerismo también observo dirigentes progresistas y otros de derechas. Tampoco observo que Mauricio Macri sea de derecha, sí que tiene una visión más de empresario en la gestión. Lo que admiro es su capacidad de armar equipo. Busca gente sin fijarse en su ideología, sino más bien qué piensa ante cada problema. En su Gobierno, por ejemplo, hay ministros que vienen del radicalismo, del peronismo, del socialismo, independientes...
-En su caso se trata de un funcionario de una gestión que está pasando a otro partido, lo que le da un cariz más institucional. ¿Cuál es la relación entre PRO y el gobierno municipal de la Coalición Civica?
@bloqueD@-Yo sigo siendo vicepresidente de la Coalición Cívica en mi distrito. Tengo muchas simpatías por el PRO, para este armado nacional, en este acercamiento que se esta llevando adelante entre el Frente Amplio UNEN, que se puede visualizar claramente en la provincia de Corrientes, con el gobernador Colombi; en la provincia de Córdoba, con Juez pero también con Mestre y el dirigente Aguad. Si bien en la Provincia la situación es más compleja, estamos cerca de ese gran encuentro entre las dos fuerzas políticas. Si logramos el acuerdo entre estas dos fuerzas políticas, me encontrarán trabajando para que Macri sea el próximo presidente de la Argentina. No estamos lejos de esto, las bases ven con muy buenos ojos este encuentro.
-Tamagno y Meckievi –opositores de su partido- han sido anteriormente los representantes del PRO en Dolores. ¿Cuál es la relación con ellos?
-El primer armado que el PRO hace en la provincia de Buenos Aires se hace a través de Jorge Macri, quien lleva a una alianza con Unión Celeste y Blanca, que era el partido de Francisco De Narváez. Ahí era donde se encontraban Ramiro Gutiérrez y Alfredo Meckievi. Cuando se termina esa alianza, los dirigentes locales siguen trabajando con De Narváez: en realidad nunca fueron del PRO sino de De Narváez.
-¿Desde qué lugar Camilo Etchevarren buscará su reelección en 2015?
-Él es un radical en la Coalición Cívica. Y creo que va a seguir estando ahí. Es el único intendente de la CC en el país, no es poca cosa. Lo que no quiere decir que en un nuevo frente electoral, después de las PASO, haya una boleta en la que, por ejemplo, el candidato a presidente sea Macri, el candidato a gobernador sea un socialista y el candidato a intendente de Dolores sea Camilo Etchevarren. Yo voy a trabajar para su reelección, porque son necesarios otros cuatro años para finalizar muchas de las obras que no hemos podido terminar por falta de tiempo.